Antonio Zambujo
Antonio Zambujo
“Quinto”, Harmonia Mundi, 2012
Antonio Zambujo definía así su música cuando hablaba de su anterior disco, Guia: “El sonido que quiero es un sonido en el que se reflejen todas mis influencias musicales. Un fado que mezcla el jazz y la música popular brasileña y donde están presentes mis orígenes alentejanos.” Esta misma definición la podríamos aplicar también a Quinto, su nuevo trabajo. Un trabajo en el que ha profundizado, como una sincera reflexión, en todas las influencias de las que nos hablaba, y así, dentro de sus 15 temas, encontramos la inspiración de la música brasileña, las melodías de Cabo Verde, la improvisación del jazz, y especialmente, como pilares del edificio, la música popular, representada puntualmente por la fuerza vocal de los coros alentejanos y, por supuesto, el fado. A pesar de ello, para Antonio Zambujo no es exacto el término fusión, porque para él, lo que hace es interiorizar sonidos que luego surgen en sus canciones y la forma de interpretarlas, y es así como consigue su sonido característico, no solo en su forma de cantar sino en los arreglos que le acompañan, sin necesidad de poner etiquetas.
Cuando queremos hablar de su trayectoria, lo tenemos fácil, al menos oficialmente. Nace en Baja en 1975, estudia clarinete en el Conservatorio de Alentejo. A los 16 años canta su primer fado en público, Marcha de Alfredo Joiner. En 2000 se va a vivir a Lisboa y se une durante unos años a la compañía que representa Amalia, el musical sobre la vida de Amalia Rodrigues, algo que ahora, confiesa, cree que no podría hacer. Mário Pacheco fue el primero que le invito a cantar en una casa de fado. En 2002 graba O mesmo fado, un trabajo que no es demasiado de su agrado; y en 2004 es cuando encuentra su sonido, dice, en un tema de Por meu cante, su segundo disco, que se titula Sra. de Nazaré, donde remplaza la introducción y las melodías de la guitarra portuguesa por la voz y por un contrabajo. Un sonido que una vez descubierto, de alguna manera ha mantenido hasta hoy, como reflejan sus trabajos posteriores: Outro sentido (2007), Guia (2010) y, el que nos ocupa, Quinto (2012).
Quinto, porque es su quinto disco; porque son cinco los músicos que tocan habitualmente; porque la mayoría de las letras que le mandaron sus poetas y compositores amigos estaban versificados en quintas; y, finalmente, porque tenía pereza de buscar otro título… comentaba Antonio Zambujo con su socarronería habitual. Han sido muchos los compositores que colaboraron con él en los temas del CD, como veréis en el posterior comentario de las canciones, aunque la mayoría ya lo había hecho en otras ocasiones. En dos de los temas él también toma el protagonismo compositivo, y solo uno de ellos es una composición clásica, Rua Dos Meus Ciúmes, de Nelson de Barros y Frederico Valério, que ha recuperado con un nuevo arreglo.
En el momento de grabar el disco, se escogió el Auditorio de Sines, con los músicos tocando todos juntos, como en un directo, posiblemente buscando un efecto de proximidad que, los que hemos visto al cantante en el escenario, entendemos que es una de sus mejores armas. También comentaba él, que las canciones han sido dispuestas en un orden concreto, porque no entiende los discos como un puñado de canciones sueltas, sino como un todo, una colección de canciones que tienen el sentido que les dan su orden concreto. Una visión que, en estos tiempos, muchos creadores no comparten, principalmente por la forma de consumo de un público que prefiere escoger temas sueltos que oír trabajos organizados por el mismo autor. En nuestro comentario, vamos a seguir, naturalmente, el orden que Antonio Zambujo ha considerado para sus canciones:
Fado Desconcertado, de Ricardo Cruz y Maria Do Rosário Pedreira, abre el álbum. Un breve fado en el cual nos explica como justamente un fado es el que acaba uniendo a dos amantes a punto de separarse.
El siguiente tema Casa Fechada, de José Marquês y João Monge, nos habla del abandono de una casa que es como un amor que se ha perdido. Un Fado Triplicado, de intrincada rima, que cuenta con la intervención del clarinete bajo de José Miguel Conde que le da un aire muy especial.
Algo Estranho Acontece, de Pedro Da Silva Martins, es un precioso tema, cargado de ironía y, a la vez, de inmensa ternura, que trata de un amor que ha perdurado desde la infancia hasta la vejez, y que el protagonista, a pesar de todo, dice que viviría nuevamente.
Rua Dos Meus Ciúmes, es el único fado clásico del trabajo, como hemos dicho. En la calle donde ella vivía, él la recuerda, y explica que allí dejó su corazón.
Es cierto lo que comentaba Antonio Zambujo respecto a la unidad del trabajo, pues si hasta este momento el disco transcurría por caminos más bien cercanos al fado, en Flagrante de Maria Do Rosário Pedreira y música del propio António Zambujo, nos llegan aires de Cabo Verde. Un tema irónico y divertido donde una pareja enamorada es pillada infraganti con los pantalones bajados, literalmente …
Não vale mais um dia con letra de João Monge y música de Amadeu Ramin, es una preciosa canción de amor, un Fado Zeca, que se acerca más a un estándar de jazz por como está interpretado que a su raíz fadista. La inspirada guitarra eléctrica de Mário Delgado subraya las palabras del que dice que daría toda su vida por poder estar una hora con ella.
Y ahora nos subimos a la Lambreta, que escribió João Monge, y que maneja Antonio Zambujo. Le pide a su amor que no se acuerde de aquellos que tienen barcos y coches de lujo, que algo ocultarán, y que se coja bien fuerte a él en la moto, por supuestas razones de seguridad. Una balada donde se aprecian muchas de las influencias de las que hablaba el cantante.
Ahora es Madrugada, un Fado João Maria Dos Anjos de João Maria Dos Anjos y Nuno Júdice, el que nos canta Antonio Zambujo, un retorno al fado más clásico, todo lo clásico que puede y quiere ser él, que nos habla de amores pasajeros que recuerdan a otros ya pasados.
Con Milagrário Pessoal vuelven las influencias brasileñas y africanas, como nos explica cuando dice que ve en su amada “el ritmo de Lisboa, Rio, Luanda y el murmullo de Kianda”.
Só Pode Ser Amor es un Fado Noquinhas de Fernando DeFreitas y João Monge, que nos habla del transito por el mundo buscando el amor, un amor que se puede perder en la corriente de la vida.
Noite Estrelada es el otro tema donde interviene como compositor António Zambujo, nuevamente de la música, con una letra de João Monge que habla de la luz de las estrellas que iluminan a su amada.
Queria Conhecer-Te Um Dia de Pedro Da Silva Martins, nos narra un amor informático que, como era de suponer, acabará mal; todo ello con un ritmo que a algunos puede recordar un tango y con sonidos discretamente electrónicos.
Marcio Faraco es uno de los principales músicos actuales de Brasil y Fortuna es la canción que canta de él Antonio Zambujo. No sabemos si es una impresión personal pero este tema, que concluye diciendo “El tiempo todo lo consume, se pierde el oro, el amor se deshace, no tengo nada a mi nombre”, nos recuerda más a la chanson francesa que a la música de Brasil. Será porque Marcio Faraco ha estado viviendo desde hace muchos años en Paris.
Con O Que É Feito Dela?, de Miguel Araújo Jorge, llega el imprescindible composición de raíz alentejana, con los coros típicos de allí. En el texto se preguntan qué ha sido de ella, por qué se ha ido.
El brasileño Rodrigo Maranhão es el autor del último tema del disco Maré, que nos habla del porqué de las canciones, mientras se adorna con el acompañamiento inspiradísimo del trombón de André Conde.
El disco está envuelto en una producción impecable de Fernando Nunes y Ricardo Cruz, que también toca el contrabajo. Nos encontramos, además de la voz y la guitarra de Antonio Zambujo, con las guitarras portuguesas de José Manuel Neto y Bernardo Couto, la guitarra acústica de Carlos Manuel Proença, a Jon Luz con la guitarra y el ukelele, Alexandre Frazao a la batería, y los citados José Miguel Conde con el clarinete y el clarinete bajo, André Conde con el trombón y Mário Delgado a la guitarra eléctrica.
Un trabajo que refleja todo el universo de este artista que decía : “Cuando compongo yo no estoy pensando en el público o la crítica. La música que hago es sólo para mí.” Los que le admiramos estamos de acuerdo que no piense en nosotros cuando compone, cuando canta; mientras los resultados sean tan satisfactorios como los que ha conseguido Antonio Zambujo con este su Quinto disco. Escucha la entrevista | +Info | Federico Francesch | DESAFINADO