Andrea Motis & Joan Chamorro Quintet
Motis & Chamorro Quintet featuring Scott Hamilton
Live at Jamboree Barcelona, Swit Records, 2013
La grabación en directo de Andrea Motis & Joan Chamorro Quintet junto a Scott Hamilton que se hizo en la sala Jamboree de Barcelona, es, sin duda, la definitiva puesta de largo de la intérprete. Como siempre, junto a Joan Chamorro, en este caso al contrabajo; y, además, con Josep Traver a la guitarra, Ignasi Terraza al piano, Esteve Pi a la batería, y la incorporación puntual de Scott Hamilton y su saxo tenor.
La procedencia de Andrea Motis, la Sant Andreu Jazz Band, banda de jóvenes, muy jóvenes, estudiantes de música, concretamente de jazz; y su corta edad, si bien han podido servirla en algunos casos para promocionarse, también en otros momentos le han creado ciertas dificultades para ser, no digo tomada en serio, porque eran evidentes sus cualidades musicales, pero sí aceptada como una artista emergente de pleno derecho en el mundo del jazz. Según en qué entornos, se la consideraba poco más que una especie de niña prodigio, de cuya evolución, hacia convertirse en una interprete consolidada, no se estaba muy convencido.
En este trabajo, además de, por supuesto, en sus innumerables actuaciones recientes, Andrea Motis ha dado un paso adelante, especialmente en su faceta de cantante, con su voz tan personal, que, como todas las voces, agradará más o menos por su timbre, pero a la que no se le puede negar una afinación precisa, con una ductilidad y una expresividad fantásticas; y a la que auguramos una trayectoria más que notable, especialmente cuando dirija su camino hacia territorios menos correctos y encamine sus pasos a interpretaciones como la que hace en el disco del tema Moody’s Mood for Love. Puede que se eche de menos la soltura que demuestra en este tema, en el resto de las interpretaciones, pero ésta puede ser una línea a seguir para su posterior desarrollo. Incluso esa timidez escénica que, a veces, se transmitía en sus actuaciones y que afectaba en cierta manera a su forma algo estática de estar en el escenario, aquí queda absolutamente olvidada, en cuanto a la voz y, también, en el aspecto postural, como se puede comprobar. Porque la edición del disco, como corresponde al momento, para mí, tan importante del salto cualitativo de la interprete, es una edición de lujo que se acompaña con un DVD, con todas las canciones del CD, con las imágenes del directo.
La elección de los temas no ha tenido en cuenta la posible complicación de los mismos, de enorme dificultad por dos razones. La primera desde el punto de vista musical, porque son canciones de una complejidad evidente. La segunda por su popularidad. No es lo mismo cantar un precioso estándar poco conocido que, por ejemplo, Summertime, que han interpretado decenas y decenas de cantantes, y donde las comparaciones pueden ser muchas y odiosas.
Doce temas sin concesiones que comienzan con Exactly Like You de Jimmy McHugh y Dorothy Fields de 1930, con gran cantidad de versiones grabadas, y que ella canta aquí para abrir el disco de forma impecable, con un Scott Hamilton inspirado y un Ignasi Terraza que ya nos indica por donde va a trascurrir su aportación.
Meditação, de Antonio Carlos Jobim y Newton Mendonça, es el siguiente. Una bossa nova mítica, que interpreta, como las otras dos del trabajo, en el idioma original, lo que se agradece. Tras una elegante introducción de Josep Traver y su guitarra, Andrea Motis, ataca el tema de forma suave, con un acento portugués curioso, que nos recuerda al de las cantantes anglosajonas. Tras ella, un solo magnífico, nuevamente de Scott Hamilton, con evocaciones a otras melodías clásicas de la MPB, y la trompeta de la propia Andrea Motis en su primera intervención con ella.
Le sigue I Fall in Love Too Easy, la preciosísima balada compuesta por Jule Styne y Sammy Cahn, que Frank Sinatra hizo famosa desde la película Anchors Aweigh [Levando Anclas]. Un tema éste que ella lleva a su terreno, explotando las potencialidades de su voz en los registros más suaves, acompañándose, nuevamente con la trompeta, en su intervención más inspirada con ella; mientras los solistas, Scott Hamilton y especialmente Ignasi Terraza, éste, con más silencios evocadores, casi, que notas, vuelven a lucirse.
Sun Showers, el tema de Arthur Freed y Nacio Herb Brown que popularizara Billie Holiday, con un ritmo más acelerado y reminiscencias de blues, es lo siguiente que canta Andrea Motis, para después cambiar de registro absolutamente.
Y lo hace con Someday My Prince Will Come, la canción de la película Blancanieves de Wald Disney que escribieron Larry Morey y Frank Churchill, que han interpretado músicos de jazz tan prestigiosos como Oscar Peterson, Chet Baker o el propio Miles Davis, sin ir más lejos. Otro tema más, como comentaba al principio, del que, debido a sus múltiples versiones, es difícil evitar comparaciones. Pero la cantante, nuevamente supera el reto con éxito.
Moody’s Mood for Love, nació de un solo que James Moody improvisó en el 1949 sobre un tema de Jimmy McHugh y que posteriormente se convirtió en canción. Y ese espíritu de improvisación es, posiblemente, el que ha guiado a Andrea Motis en, sin duda, la mejor interpretación del disco, especialmente por que la oímos, e incluso la vemos en el DVD, absolutamente libre de ataduras formales; dejándose llevar libremente, en ese momento, tanto respecto a la melodía, como a la letra; con una lucidez y un descaro musical absoluto, utilizando todos los recursos de su voz. Uno de los puntos culminantes del disco.
Chega de Saudade, un tema que ya había interpretado en su primer trabajo, Joan Chamorro presenta Andrea Motis, esta vez en portugués, nos vuelve a llevar a las músicas de Antonio Carlos Jobim, en este caso con la ayuda, en la letra, de Vinicius de Moraes. Es interesante compararla con la versión de su primer trabajo, para poder apreciar así claramente su evolución.
Summertime es otro de los retos de la cantante en este disco. La nana con música de George Gershwin, una de las arias de la opera Porgy and Bess, interpretada por infinidad de músicos es, de alguna manera, una piedra de toque para la artista. Aunque parte con la ventaja de que el tema es conocido por todos, tiene los dos hándicaps que antes decía: su dificultad técnica, y las posibles, y seguras, comparaciones. Ha optado por una versión suave, sin estridencias vocales, jugando con las modulaciones de su voz y apartándose de la melodía siempre que le es posible, interviniendo también con la trompeta con sordina, en un mismo registro interpretativo; y de esa manera ha conseguido llevarse el tema a su terreno.
Lullaby of Birdland contiene otro de los momentos mejores del disco, y en este caso no es la cantante quien lo protagoniza. Ignasi Terraza, en absoluto estado de gracia, nos regala casi dos minutos de introducción, como si de una fuga bachiana se tratase, un poco a lo Jacques Loussier, convirtiendo el fragmento en uno de los mejores del disco. Se añaden luego los demás músicos, encabezados por Andrea Motis, para interpretarnos esta popular canción de cuna amorosa de George Shearing y George David Weiss, especialmente brillante Josep Traver en su solo, con fragmentos a lo Wes Montgomery .
Llega la tercera canción de Antonio Carlos Jobim, Corcovado, compuesta en este caso en solitario, con todo el grupo absolutamente inspirado. Una Andrea Motis que navega por las aguas de la bossa nova con auténtica soltura y, nuevamente, un Ignasi Terraza sobresaliente, con una mano izquierda que va interpretando la melodía, mientras la derecha se acerca, peligrosamente, al free jazz.
Ahora es el turno de Duke Ellington que junto a Carl Sigman compuso All Too Soon, y que, curiosamente, a pesar de haber sido grabado por algunas de las mejores cantantes de jazz, como Sarah Vaughan o Ella Fitzgerald, Andrea Motis interpreta únicamente con el saxo alto, en su única intervención con este instrumento, y sin la voz. La réplica de Scott Hamilton, fantástica, se complementa con el dúo que ellos mismos hacen hacia el final de la canción, donde se demuestra el nivel que la artista ha conseguido, especialmente al verla junto a tan gran maestro.
Una conclusión con ritmo y riesgo la que nos ofrecen con My Baby Just Cares For Me, canción escrita por Walter Donaldson y Gus Kahn en 1930, y que llegó a ser un verdadero icono de la cantante y pianista Nina Simone. En ella se lucen todos los solistas, con un Ignasi Terraza con el hammond, rizando el rizo, y una Andrea Motis que tanto con su voz como con la trompeta, ayuda a despedir el concierto con un tono alegre y divertido.
Como ya hemos comentado, todos los músicos están especialmente inspirados. Joan Chamorro con su nuevo, ya no tan nuevo, instrumento, que aunque parece que ha sido siempre el suyo, nos sigue entusiasmando más cuando acude a los saxos; Esteve Pi en esa difícil tesitura de acompañar de forma precisa, sin alardes percutivos, pero con una presencia necesaria; un Josep Traver excelente, también necesario, que sabe mantenerse en un lugar aparentemente secundario, pero que, en muchos momentos brilla, demostrando su verdadera valía; Scott Hamilton al nivel que desde hace mucho tiempo nos tiene acostumbrados, con su saxo de sonido especialmente bello, su fraseo potente y preciso, y sus improvisaciones llenas de cientos de melodías que acuden a nuestra memoria con sus notas; e Ignasi Terraza, en un momento extraordinario, con una capacidad de improvisación y una creatividad a niveles superlativos, que se erige como el segundo gran protagonista del disco. Y Andrea Motis.
Cuando un músico puede actuar junto a figuras como las que la acompañan en este directo y no desentonar en absoluto, e incluso, en muchos momentos, ser la principal protagonista del concierto, es que ya ha llegado a un punto muy alto en su carrera. Claro que su trayectoria ha de ir en un sentido ascendente, y le queda mucho por recorrer. Pero si en algún momento alguien pensaba que, como en otros muchos casos, la cantante iba a ser flor de un día, basando su popularidad en un aspecto más mediático, por su edad, y por haber surgido de una big band de niños y adolescentes, aquí demuestra que no ha sido así. Ayudada especialmente, como ha estado, por la labor tan meritoria de Joan Chamorro como profesor y como difusor de su evolución, Andrea Motis, con este trabajo, nos demuestra que la que, en su momento, fue una promesa, se ha convertido ya en una realidad incontestable dentro del panorama jazzístico de nuestro país. + Info | Escucha el programa | Federico Francesch | DESAFINADO RADIO