Aline de Lima
Aline de Lima
Barcelona, Bikini
30 de mayo de 2007
Bonita, austera, casi “desnuda”, se presentó la brasileña Aline de Lima en el escenario. Toda una osadía por parte de esta mujer, nacida entre el desierto brasileño y el río Amazonas, en estos tiempos en los que parece que cuantos más músicos y más ruido haya sobre el escenario, mayor es el éxito del directo. La dulce garota se plantó con sus jeans, su melena leonina y su voz susurrante flanqueada únicamente por un percusionista brasileño y un guitarrista francés. Eso sí, ambos hicieron las veces de una banda entera: soberbios, en su sitio, sin filigranas, con tremenda humildad y mucha música aprendida. Así, el trío nos regaló una noche exquisita, sencilla e íntima con los temas que incluye en su recién estrenado Arrebol (Naíve). Canciones de amor y, sobre todo, de mucha saudade, esa nostalgia que no parece haber perdido, a pesar de que Lima ya hace muchos años que anda afincada en el frío Estocolmo, después de pasar por Nueva York y París. Pura elegancia carente de artificios, unida a la sensualidad inequívoca de esta artista que canta como si estuviera explicando un secreto interminable con una fragilidad desconcertante. Bikini no era el sitio, demasiado grande y frío para la cálida propuesta de Aline de Lima. Esperemos que en la próxima ocasión podamos disfrutarla en un Jamboree o en un Zac Live, de cerca y en la intimidad. // María José López Vilalta, ‘La Morocha’