Alfonso Vilallonga
Alfonso Vilallonga
Apolo, Barcelona. 18 de abril de 2013
Por el pasillo central, armados con instrumentos acústicos y algún yoyó, irrumpieron con alegría en un Apolo lleno de gente que conoce la originalidad de Vilallonga y aprecia su personal estilo de componer. Algunos atraídos por el revuelo causado estos días con su video Maldà State (Estat propi), esperemos que los menos. Aun que el cantautor disfruta con estas provocaciones, en mi opinión es un gran compositor que provoca y no un provocador que compone. Con una formación parecida a la de su último trabajo Libérame, (K industria 2009), sigue Pau Figueres a la guitarra, ahora solo, sin la gran compañía de Jordi Bonell, Jordi Gaspar al bajo, Román Cottwald al violín, sierra, acordeón y lo que le echen, y aparecen Antonio Sánchez a las percusiones, un músico capaz de crear aportaciones sonoras a las continuas alteraciones de Vilallonga, y David Pastor a la trompeta. El líder, como siempre, alternando el piano, con la guitarra, ukelele y sobre todo voz, que bien canta Vilallonga, como se crece en esos momentos en que la banda lo deja solo, ensimismado en algún tema, sobre todo en francés donde parece levitar. Además estuvo de lo más bailarín y extrovertido. No tardaron en buscar la alegría de la música fronteriza, recordaba a la frontera entre México y Texas, grandísima la trompeta de Pastor, que soplo tiene este hombre y con que facilidad entra en proyectos de lo más dispares. Enseguida llegó el tema nacionalista, por culpa de una nueva novia, y descargó su tema insignia, Maldà state, la sala reía con gusto. Se va al piano para mezclar el francés y el inglés en un tema muy cercano a Tom Waits, genial. Sigue con otro tema de piano solo. Después cogió la guitarra y junto a un Pau Figueres muy inspirado y flamenco se fueron por otros derroteros. Solo ante Peligro, un tema con letra divertida e irónica. Piratéame, un tema muy original, ya que mientras invita a que pirateemos, el va haciéndolo con temas muy conocidos, La Cucaracha, Manisero, deja claro que ante una insinuación de Pastor, no quiere piratear La Macarena, uno tiene su orgullo. Mientras va desgranando sus nuevas canciones, es inagotable su material autobiográfico que me hace reír continuamente, sus nuevas novias, su necesidad de una persona a su lado para poder dormir, las explicaciones de cómo compró una chaqueta en Asturias, y sobre todo esa poderosa voz que juega entre el Bel canto, cualquier día se atreve con alguna opera cabaretera, pero también con el silencio. Posiblemente la gran característica de Alfonso Vilallonga sea esa, la de saber jugar con el silencio como si fuese el arma más importante para conseguir un efecto de improvisación continuo. + info | relacionados | Candido Querol