Albert Carrique
Aortae UnderPool 2019
Un primer disco de este joven saxofonista que viene a engrosar la larga lista de músicos compositores que deberían ocupar con urgencia un lugar en cualquier discoteca que se precia. Al igual que ante un buen escritor lo primero que detectamos es que se trata de un buen lector, también en este caso es fácil comprobar que este joven ha oído mucho jazz y sabe homenajear al género además de aportar sus propias inquietudes. La formación juega con la idea del quinteto (con trompeta y saxo) más la voz de Núria Balaguer que casi siempre podríamos incluirla en la sección de vientos. Ya en las primeras escuchas hubo un nombre que me rondaba todo el tiempo, Art Blakey. Empieza el disco con Horus, con la voz perfecta de Balaguer colándose entre los vientos. El piano de Toni Saigi entrecruzando sabores latinos y en la sección rítmica, Martín Leiton al contrabajo y la batería de Roger Gutiérrez dejando todo bien atado. Aortae, el soprano de Carrique asume el mando, pero como suele pasar en este instrumento, no desde la potencia sino desde la sutileza. La voz vuelve a jugar a confundirse con el saxo y el grupo planea sin prisas por un paisaje bello y cautivador. Tiempo para que la trompeta de Óscar Latorre recite su propia poesía. Tiempo para que una melodía se vaya instalando en tu cabeza justo cuándo todo acaba. Other Brother ahora el free parece mandar, atentos al trabajo de Leiton y Gutiérrez, poca broma. Por el medio el siempre Ellingtoniano Toni Saigi, un tema que en directo puede ser una bomba. Pato Alto (es de esperar que haga referencia al famoso sello Californiano Palo Alto Records) inicios cercanos a Mancini y de repente en lugar de los Jazz Messengers, son los Passangers de Nathanson y Curtis Fowlkes los que me viene a la cabeza. Martín Leiton conduce la nave, los vientos van sueltos. Cierran como habían empezado y aquí no ha pasado nada. Grandes, muy grandes. Lluna blanca, cambio radical, vuelve la delicadeza del soprano y ahora la voz de Núria Balaguer viene a cantarnos como mandan los cánones, el piano de Saigi le acompaña y el quinteto ahora sabe que trabaja para la voz. Head out, volvemos al bop, y volvemos con toda la responsabilidad, podría ser un quinteto de hace 50 años y lo digo como un cumplido. Queer blues, la sección rítmica tiene prisa incluso con el blues, la trompeta de Latorre acepta el desafío, el piano de Saigi mete pocas notas pero certeras, entra el saxo y de nuevo un servidor (atrapado por el compás de Roger Gutiérrez y Leiton) vuelve a pensar en Blakey y su gente. Improvisto, empieza con un solo de Carrique profundo, Saigi le acompaña al principio con detalles, poco a poco el dúo se va hermanando y entrando en conversación creativa, un tema totalmente diferente que deja abierta una puerta hacia horizontes desconocidos pero que prometen ser muy interesantes. Un gran primer disco. + info | relacionados