Alba y Manuel Molina

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Alba y Manuel Molina
Sala Apolo, Barcelona. Jueves 18 de octubre

La pasada noche del jueves 18 de octubre el Apolo, dentro de su ciclo Flamenco…y otras Aves, fue el escenario no sólo de un emotivo y buen concierto, sino que además consiguió revivir a buena parte del público el espíritu de aquel dúo, Lole y Manuel, que en los setenta revolucionó el género con su carga poética y su rompedora interpretación. Aunque en ningún momento, Alba Molina, la hija de la mítica pareja, pretende ocupar el espacio que dejó Lole tras la separación de sus padres en 1993, resultó inevitable comparar su belleza gitana y el color de su voces. Primero fue Alba, acompañada a la guitarra por Ricardo Moreno, quien hizo gala de la genética Molina con temas flamencos que retaban el género, cabalgando entre alegrías acordes de bossa y sorpresas poperas, y hasta regalando una exquisita versión de Can’t Take My Eyes Of You! Luego llegó “el patriarca”, Manuel Molina, ese hombre que hace más de tres décadas consiguió algo aparentemente imposible antes de que viese la luz años más tarde el Nuevo Flamenco: unir el flamenco y el rock, contaminándolo con ritmos árabes y diciendo cosas que hasta el momento nadie había incluido en ningún cancionero del género. Tras el primer momento de encuentro de las dos generaciones sobre el entarimado, Manuel se quedó sólo con su guitarra y su personalísima forma de tocarla y allí empezó realmente el espectáculo de pequeñas pero contundentes piezas entrelazadas con canto rasgado y vehemente, que tan pronto dedicaba a la madre de Alba como a su hijo Manuel, al absurdo de los políticos o al encanto de la ciudad de Barcelona. Y, allí en medio, como broche obligado de la noche, no faltó esa “Mariposa blanca que era la reina de todas las mariposas del alba…” que erizó la piel a un público de lo más ecléctico con muchas cabezas blancas, pero también con una buena presencia de jóvenes seguidores de la nueva sangre Molina. “Después de oír a este personaje, cualquiera se pone a cantar…” dijo Alba cuando hacia el final de la actuación volvió a unirse con una complicidad evidente a su progenitor. Temas exquisitos de Federico García Lorca y un “Dime” espectacular obra de su madre Lole en 1976, completaron una noche íntima y en familia que emocionó hasta a la propia Alba, quien no pudo contener sus lágrimas oyendo cantar a su padre, maestro y ahora también compañero de este precioso proyecto con nombre de estirpe gitana y flamenca, “Molinas”. Sala Apolo // Relacionados // MariaJo López Vilalta (Morocha)