Alamedadosoulna
Alamedadosoulna, el ejército de la alegría
Jaleo es su nuevo y refrescante disco
A lomos de una elefanta aparecen los componentes de este combo madrileño, una disparatada máquina que mantiene, desde hace años, una guerra musical contra la tristeza a través de sus canciones y sus conciertos. Responde a nuestras preguntas Rubén Durán, voz y guitarra del grupo, en mitad de una gira veraniega que estos días llevará a Alamedadosoulna hasta festivales como Al Rumbo (Rota, Cádiz, jueves, 17 de julio), EtnoSur (Alcalá la Real, Jaén, sábado, 19 de julio) o La Mar de Músicas (Cartagena, Murcia, martes, 22 de julio).
Jaleo es un disco corto. ¿Salió así y ya está? ¿O es que la gente ya no es capaz de mantener su atención durante sesenta minutos?
Realmente salió así. Teníamos muchas ganas de grabar, pero procuramos que nuestra presencia en el estudio no se alargara para que los temas no perdieran su esencia. Queríamos que sonaran tal como son, sin recargarlos de arreglos y sin estirarlos demasiado. Creo que hemos conseguido que sean directos y auténticos, que Jaleo mantenga el “sonido dosoulna”. Por otro lado, si el disco se hace corto, es una buena señal. ¿O no? [risas]
Una característica básica del grupo es el sentido del humor que destila siempre. ¿Es una forma de afrontar la creatividad musical y la vida?
Entendemos nuestro espectáculo como pura diversión, es nuestro primer objetivo de cara al espectador. Y resulta más fácil alcanzarlo partiendo del sentido del humor. Además, nos gusta mucho jugar y que surjan situaciones nuevas en el escenario. Creemos que la risa y la diversión son fundamentales.
La letra de Venus se escapa un poco de esa norma. ¿De dónde surge?
Trabajar desde el humor o desde los ritmos jamaicanos no significa que no podamos incluir una composición que se mueva en otra dirección. El único requisito es que nos guste a todos. Sería muy aburrido cerrarse en banda, no hacer nada nuevo. Pero es cierto que Venus fue un ejercicio un poco retorcido porque es una letra escrita por un chico, intentando empatizar con el subconsciente de una chica, que en el disco canta una chica, Rebeca, que añade nuevos elementos.
Además del ska, el reggae y el funk, Alamedadosoulna siempre abre una pequeña gran ventana a las músicas del este europeo (esos coros rusos de JuanJoseAntonioPepeDiego, por ejemplo). ¿Qué conexiones tenéis con esta escena?
Nos gusta mucho la música del centro y del este europeos. Encaja muy bien con nuestra idea de show, hace que se te vayan los pies y es muy alegre. No nos ceñimos a un estilo o un ritmo en concreto, aunque es obvio que el ska está más presente que otros en nuestra propuesta. Pero no hay problema en acercanos a otros ritmos, nos gusta casi todo tipo de música. Somos muchos y con gustos muy variados.
¿Cómo os repartís las canciones entre la voz femenina y la voz masculina?
Las canciones suelen salir, casi siempre, orientadas hacia una u otro cantante cuando están en proceso de composición. La parte más dulce y elegante suele ser la cantada por Rebeca. En mi caso, suelo cantar los temas más rockeros o “jocoso-fiesteros”. Está claro que ella es más delicada, que enamora mucho más, mientras que yo soy un cascarrabias. [risas]
¿Cómo se gestiona una formación con tantos componentes que, además, se acompaña de un elefante?
Una elefanta, joven, no se confunda… Cada uno de los músicos, además de su parte musical, se suele encargar de un departamento de la empresa Dosoulna: merchandising, tesorería, diseño, imagen, vestuario, atrezzo, redes sociales, dirección del espectáculo, producción musical… Así es como trabajamos la autogestion. Aunque la cosa está difícil, seguimos peleando contra molinos gigantes.
¿En verano también utilizáis ese vestuario encima del escenario? Ozú, qué calor!!!
Así es. Aunque, desde hace un tiempo, las chaquetas que llevamos son más «fresquitas». Antes si que era un auténtico infierno. Me río yo de los kilos que pierden los de la fórmula uno en una carrera. Juas!!!
¿De dónde salió la canción Seminte, una de mis preferidas?
Andaba yo trabajando en una obra e hice migas con un peón rumano, con quien me reía mucho. Él me ayudó a escribir la letra y a pronunciarla «correctamente». Fue un curso acelerado de idiomas, en el que aprendí gran variedad de insultos y palabras malsonantes.
En una entrevista leí que una de vuestras influencias es la gente de Monty Phyton. ¿Qué pensáis de su regreso a los escenarios?
Es una muy buena noticia, son unos genios del humor. Y no hay nada mejor que echarse unas risas. www.alamedadosoulna.com | Relacionados | Jordi Urpi