Al Kooper & The Funky Faculty

 

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Al Kooper & The Funky FacultyAl Kooper & The Funky Faculty
Festival de Guitarra i altres acords
 
Sala Bikini, Barcelona
30 de mayo de 2008

Vamos a tener que poner un poco de orden para intentar escribir todo lo que el cronista quiere decir sin hacerlo inacabable y sin dejarse nada, por lo tanto vamos a dividir esta crónica en varios capítulos. 1- Al Kooper. Este hombre tiene 64 años y se puede decir que en los fregados más importantes de los años sesenta y setenta andaba por allí como parte activa y en diversos papeles, a veces como generador de proyectos, The Blues Project o Blood, Sweat & Tears, otras como  acompañante de leyendas con derecho a voz, Bob Dylan, The Band, Ray Charles, también como productor y descubridor de talentos en su propia compañía discográfica, Songs from the South, los pendencieros e imprescindibles Lynyrd Skynyrd son una de sus dianas en el mismo centro. Tras esa vorágine, el señor Kooper se lo ha tomado con más tranquilidad y hay que aprovechar sus cortos periplos con el grupo que trajo a su gira española o con su otro proyecto, el cuarteto de rockabilly The Rekooperators. 2- The Funky Faculty. Un quinteto de acompañamiento formado por músicos también talluditos e igualmente inspirados y curtidos en mil batallas, una sección de ritmo impecable, un guitarrista ocupado en labores de acompañamiento rítmico que no temblaba cuando le tocaba tirar del tema en papeles de solista y una fantástica sección de viento formada por un saxofonista y flautista que dispuso de bastantes ocasiones para demostrar su talento y un magnífico trompetista intachable, que tocaba con partitura. 3- El Hammond B-3. Instumento excepcional que merece un lugar de honor en la historia de la música contemporánea y popular,  nunca por debajo de las guitarras Gibson o Fender, cada día más difícil de encontrar en un concierto y por ello aún mejor recibido cuando alguien sabe realmente qué hay que hacer con él para extraer ese sonido colorista, complejo, nítido, profundo y sobre todo maravilloso y lamentablemente olvidado por las nuevas generaciones de teclistas. 4- El concierto. Dos palabras definirían la sesión del pasado 30 de mayo, por un lado la pulcritud y por el otro el eclecticismo.  Pulcritud porque los temas aparecían limpios, inmaculados, claros, perfectamente estructurados. El eclecticismo nos explica que en un mismo concierto y con los mismos intérpretes oímos versiones de temas como el instrumental Green Onions (de Booker T. & The MG’s), clásico del soul instrumental, o blues como Who do you love?, o clásicos intemporales como Sixteen Tones, que cantaba hasta José Guardiola, todo ello sin decaer el ánimo ni la implicación de los músicos. Y siempre el señor Kooper disfrutando del encuentro con el personal de un lugar donde nunca había tocado y recordando a sus amigos, los que están en activo, Dylan, y los desaparecidos del censo, Ray Charles o los miembros de The Band, Rick Danko, el bajista, y Richard Manuel, el pianista, de aquel grupo discreto e irrepetible, como Al Kooper. No se pierdan próximamente la aparición de su nueva obra White Chocolate, compromiso de mezcla y fusión desde el mismo título, como el anterior Black Coffee (Favored Nations, 2005) // Antonio Gázquez