Akim El Sikameya
Akim El Sikameya
"Introducing"
World Music Network / Karonte, 2008
El cantante y violinista argelino levantó una buena polvareda tras su paso por el Womadrid 2005. En una pequeña carpa y a ras del suelo, sin escenarios por medio, dio rienda suelta a su fusión de sonidos raï, andalusíes y mediterráneos. En una actuación con mucha convicción y desparpajo. Fue uno de los gratos hallagazgos en la única edición del festival celebrada en Madrid. El presente recopilatorio confirma los mejores augurios tras aquel cara a cara en directo. Su voz de tenor ambigua y con cierto aire femenino – antítesis de la textura grave y masculina de Cheikha Rimitti – le canta a la vida y al amor. Pero también se faja con el fundamentalismo islámico que campa en su terruño. Akim tuvo que salir por patas de su tierra con la guerra civíl que se desató en Argelia en 1991. Su cabeza, como la de tantos intelectuales y artistas, corría un peligro evidente. Así que hizo las maletas y se afincó en Marsella. Allí marchó con un bagaje nada desdeñable de dieciseis años de estudios musicales. El peculiar estilo de Akim al violín elude la postura tradicional en la que se coloca el instrumento entre las piernas. Él prefiere tocarlo de pie. Lo sujeta con su mano izquierda, y templa el arco con la derecha, como si se tratase de un violoncello. Acompañado de unos escuderos excepcionales – Philippe Eidel al acordeón, charango, bouzouki, mandolina y piano; Taofik Farah con la guitarra acústica, charango, mandolina y bouzoki; Bernard Paganotti, al contrabajo y bajo; y Julien Tekeyan, con la bateria y la percusión – construye un disco bello y con un pulso tremendamente vital. Le canta a las flechas de Cupido en el movido raï Chouia L´Mon Coeur. Nos habla del despotismo de un noble en Le sultan tyran con una especie de r&b acústico y de tintes totalmente arábigos. Coquetea con un swing de reminiscencias casi balcánicas en Amertume, o con el jazz en Ya Waadi – donde en su letra contrasta la cruenta guerra civíl de su país con los momentos de esplendor del Al Andalus. Tira de montuno cubano en Leila. Y es capaz de levantar monumentos prodigiosos como los de la balada La fille du Wali o Sa majeste Lile. Con esta antología Akim El Sikameya deja bien claro que se encuentra en la meca de los grandes. La misma en la que brillan Khaled, Cheb Mami o Faudel. www.akimelsikameya.com // Miguel Angel Sánchez Gárate