African Pearls. Cote D’Ivoire: West African Crossroads

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"African Pearls. Côte D´Ivoire: West African Crossroads

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Discograph / Karonte, 2009

Costa de Marfil es y ha sido un natural cruce de caminos en el que se cruzan el high-life de Ghana, la fusión congoleña, los ritmos cubanos, el pop francés, la música negra norteamericana o la tradición mandinga. Con esta sugerente presentación, se abre una nueva entrega de la colección  African Pearls que el sello Discograph está dedicando a diferentes países africanos.

Desde la consecución de su independencia de Francia en 1960, Costa de Marfil y su capital Abidján se convirtieron en lugar de paso y punto de referencia obligado para todos los grandes músicos africanos de la época como Fela Kuti, Rail Band, Les Ambassadeurs, Labah Sosseh, L´Orchestre Poly-Ryhtmo de Cotonou e incluso James Brown visitó el país en 1968, sin olvidarnos de Manu Dibango que firma la producción de los dos primeros cortes del disco. El clásico Pecoussa (peculiar parecido a Makossa) de François Laughan, una de las voces más significativas del país junto a la de Ernesto Djedjé, autor del segundo corte del disco: Anowah, que viene también bajo el sello productivo del camerunés Dibango. De Ernesto Djedjé se incluyen además en el recopilatorio las canciones Bliwama, Zibote y Zouzoupale ya que su figura y su música tuvieron un eco y una repercusión muy importantes en su país. Influido por los ritmos, la imagen pero sobre todo por los bailes de James Brown, Djedjé creó el ziglibithy, una música y una danza que en poco tiempo se convirtió en un elemento de orgullo e identidad para los marfileños. Bajo la estela del ziglibithy y Ernesto Djedjé, artistas como Reine Pélagie o Justin Stanislas construyeron sus carreras y composiciones. De la primera se incluye Biande, seguramente su canción más significativa, y de Stanislas la enérgica Gbabouho Gnoave, que tiene al mísmisimo Jimi Hendrix en los créditos de los arreglos. Y fueron los riffs del  propio Hendrix junto a los de Led zeppelín o The Who los que sirvieron de inspiración al trío de pop-rock Djins Music, que con un estilo diferente y rompedor a lo oído en el país africano supieron cautivar al núcleo grueso de la juventud marfileña. También L Órchestre des Abidjanais, de quienes también  se da cuenta en la recopilación, supo subirse al carro de la que ellos denominaban: música moderna. Pero no sólo el rock, el funk o el pop llegaron de Norteamérica, también el jazz y el soul de Percy Sledge u Otis Redding calaron en artistas como Baily Spinto, tal y como se refleja en sus canciones Taxi Signon, Ntelesse o Nkenaplesso.

La situación geográfica de Costa de Marfil, viendo como se pone el sol por el Atlántico, propició la llegada de toda esa amalgama de sonidos norteamericanos, pero sobre todos destacaban los provenientes de Cuba, con quien la comunicación, comercio e intercambio eran constantes y fluídos. Músicos como Amedée Pierre, Mamadou Doumbia, Kantadors, Grands Colombia o L´Orchestre de Bouaké cayeron rendidos ante unos ritmos que, a pesar de venir del otro lado del océano, eran totalmente familiares y cercanos. Todos estos artistas con su vertiente tropical africana quedan bien representados en el disco mediante canciones como Bida Zougou, Fanga, Super Bebe, Badjamin Mnaim o Donne moi ton sourire.

Obviamente, no solo de América bebía Costa de Marfil y la llamada africana estaba más que presente en la música marfileña. Baste oír el high-life Whisky Soda de Fax Clark & Les Rythmes du Cosmos o Chére Jeanette de la Orchestra Audiorama para dejar patente que Costa de Marfil y su música, a pesar de sus influencias, es música africana.

El recopilatorio cierra el repaso a esos veinte años de música marfileña con la inclusión de las divas más importantes del país como fueron: Soeurs Conöe, Aicha Koné, Nayanka Bel y la citada Reine Pélagie y que no podían faltar en una selección como ésta, al igual que no podía dejar de aparecer el músico con la mayor repercusión internacional, como es Alpha Blondy, de quien se recupera la canción que le hizo saltar a la palestra musical: BrigadierSabori.

Auténticas perlas en forma de canciones se esconden en éste Côte D´Ivoire: West African Crossroads. // Bruno Freire León