Africa Vive 2013

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Africa Vive 2013

La Riviera, Madrid, 24 de mayo de 2013

El cambio de emplazamiento del festival: la sala del Manzanares frente al Paraninfo de la Universidad Complutense, no era la única sorpresa de un evento que se presuponía gratuito, como en anteriores ediciones. Pero si aplicamos el dicho a los acólitos de las músicas que brinda Mamá Africa está claro que «sarna con gusto no pica».
Con una desangelada sala que apenas superaba la centena de espectadores abría la fiesta el senegalés Sidy Samb y su eficiente orquesta de diez músicos, en la que no faltaban dos sintetizadores, kora, guitarra, bajo y diferente percusión. Este sevillano de adopción y hermano melómano de Raimundo Amador, es acreedor de unas «cuerdas vocales de ópalo», ya puestos en símiles con su compatriota Youssou N´Dour, a quién Peter Gabriel tildó de «voz de plata».
No era la primera ocasión en la que Sidy Samb se presentaba en el festival Africa Vive. Ya había hecho lo propio en una edición anterior en la que compartió escenario con Tiken Jah Fakoly.
Sidy, que ha tocado palos tan diversos como el mbalax o el flamenco, desplegó sobre las tablas una sónica propia del fondo de baúl mandinga, recurriendo más a la tradición que al tono trepidante de los tambores sabar. Alternó elegancia y contención con el ritmo endiablado con el que puso broche a su convincente actuación. Un grato muestrario de las virtudes que alberga Suñu, su último y recomendable trabajo. 
Tras una breve sesión de platos de Miguel Caamaño, el conductor del programa de Radio 3 Alma de León, donde no faltó reggae ni tampoco el espástico coupé-decalé marfileño, hicieron acto de presencia los músicos de Solar System, la banda que escolta a Seydou Koné, el verdadero nombre bajo el que se esconde el front-man de Alpha Blondy. La rítmica y seductora intro de Alpha Blondy y el mayestático y espiritual Jah Houphouet Boigny nous parle dieron paso a Jerusalem, uno de sus números más sonados, y contenido en el disco que grabó en su día con la banda de acompañamiento de Bob Marley, The Wailers
A lo largo de la actuación se echó en falta algo de picante al que es por excelencia embajador del reggae africano. Tampoco es que desfalleciera, pero si que dejó entrever cierta desidia y falta de enjundia, llámenlo como quieran. Todo pese a sus muchos paseos por el escenario y arengas para con la audiencia.
La mestiza formación sonaba engrasada a más no poder en lo que se refiere al apartado instrumental, está claro que no hay nada que reprocharle en ese apartado. Y mucho menos al dúo de «generosas» coristas, que con su tono agudo daban el contrapunto femenino a la voz de Koné.
Y a pesar de que recurriera a canciones tan tremendas como Cocody rock o Sebe Allah y´e, en la que previamente hiló un discurso de tolerancia frente al integrismo religioso al clamar: «El corán no dice que hay que matar a la gente. El Islam no habla de matar a la gente», si que se echaron en falta algunas tonadas indispensables, caso de Sweet Fanta Diallo, en la que narra la mística historia de una cuidadosa enfermera, que atendió al frontman durante uno de sus ingresos en un hospital psiquiátrico de Abidján, y que resultó no haber trabajado  allí nunca cuando el recuperado enfermo se presentó de nuevo para agradecerle su exquisito trato. No obvió, eso si y como es de rigor, algunos de los temas que conforman Mystic power, su disco más reciente y editado precisamente este mismo año.
Alpha Blondy venció en cuanto a efecto de llamada, ya que el aforo fue generoso, pero no convenció al cien por cien. Le faltó esa chispa, que en anteriores ocasiones ha hecho de él un «animateur» con mayúsculas. De todos modos una noche regular la tiene cualquiera. + info I Relacionados I Miguel Ángel Sánchez Gárate