20 anys
Quico El Celio, El Noi i El Mut de Ferreries
“Cronistas sociales, a partir de la música tradicional”
Quico El Celio, El Noi i El Mut de Ferreries celebran este año su 20 aniversario en el mundo de la música, y lo hacen con un nuevo disco, 20 anys, que se acompaña con un segundo CD que titulan De l’any olímpic a la fi del món [Del año olímpico al fin del mundo], un compendio remasterizado representativo de sus anteriores trabajos. Un grupo que, como veremos, nació de una forma casi casual, y que en este momento es todo un referente dentro de la música de raíz de Catalunya y, especialmente de les Terres de l’Ebre. Para hablar de todo ello, nos encontramos con el alter ego del propio Quico El Celio, Arturo Gaya que nos iba situando en el tema, explicándonos
El origen del grupo:
Arturo Gaya: Teníamos un trenecito que alquilábamos en las fiestas de Tortosa al que llamábamos El Carrilet, y nos llamábamos Compaynía de Teatre Ferroviari. Y el primer creador del personaje de El Noi, Xavier Borrás, hacía de revisor del tren, y a mí me animó a hacer de un ciego que subía durante el viaje, paraba el tren y cantaba unas canciones a los viajeros. Me puse el nombre de Quico El Celio, porque era el apodo de un ciego que existió a principios del siglo XX, que explicaba historias cantadas, y que, a la vez, pedía limosna. Y en las Navidades de 1992, el año de las Olimpiadas, creamos Quico El Celio i El Noi: el ciego y el lazarillo; el Quijote y Sancho; o el payaso que hace reír y el triste, por aquello de ver la realidad. Y así, acogiéndonos al vehículo de la música popular, explicar historias y hacer como una crónica social. En las primeras actuaciones que hicimos, estaba Jordi Fuster, que nos observaba y tomaba nota, porque nosotros éramos más cantantes y teatreros que músicos; y nos dijo: ”Cuando acabéis esto de Navidad, quiero ir con vosotros.” “¡Vale!, pero harás un personaje.” “Yo soy músico, que no sea algo demasiado complicado.” “Pues si eres músico, serás el Mut [mudo]”. Y como, además, nació en el barrio tortosino de Ferreries, empezó Quico El Celio, El Noi i El Mut de Ferreries de esta manera tan sencilla.
Un grupo que enseguida encontró un repertorio:
AG: Partimos de unas nadales [villancicos] tortosinas muy bonitas. En les Terres de l’Ebre, había entonces mucha cosa para sacar el polvo, muchas partituras, muchos libros… Y cogimos un libro, Del folklore tortosí , de Joan Moreira, y de allí sacamos unas cuantas nadales, con un aire muy diferente y le añadimos otras que versionamos, sin ningún tipo de manía… Acabábamos con la rumba de Los peces en el rio… [risas]
Pero con la entrada de Jordi Fuster, el grupo empieza a plantearse seriamente su camino:
AG: Lo que vimos es que no había sido una aventura de unas Navidades y nos planteamos crear, de forma seria, un grupo que trabajase las músicas tradicionales de les Terres de l’Ebre, las sacase el polvo, las diera a conocer. Rehacerla, de alguna forma, porque pienso que lo que siempre hemos hecho, ha sido una repropuesta, que reactualiza la estética tradicional, con un mensaje actual que hoy pueda interesar, a nivel de letras como de músicas. Seguimos con el bagaje de Joan Moreira, adaptándolo con nuestros criterios, siempre con la idea de que la música tradicional volviese a ser popular, porque la música tradicional era popular cuando era un reflejo de la sociedad. Así pensamos que Quico El Celio, El Noi i El Mut de Ferreries tenían que ser cronistas sociales a partir de la música tradicional, intentando decir cosas actuales.
Un estilo en el que, según ellos, todo vale:
AG: Creo que todo es válido en esta música que llamamos música folk, de raíz, tradicional, world music Catalunya, como queramos llamarla, que cuesta mucho concretar, porque nuestros discos los hemos encontrado hasta en la sección de sardanas… [risas] Y dentro de un circuito folk, que se ha creado, hay desde los más puristas, a los más arriesgados que hacen una música muy moderna, pero como hay un instrumento tradicional… Todo vale. Pero estoy muy de acuerdo con ello, porque, aunque me encuadraría en el movimiento renovador, respeto muchísimo a los puristas, porque gracias a ellos hemos llegado a las fuentes. Y las podemos actualizar, hacer una relectura, más o menos arriesgada. Y pienso que los puristas también respetan el trabajo de los renovadores, porque estos hacen que la música de raíz traspase unas fronteras inimaginables, y que muchos entren en este mundo inmenso.
Pero, en un momento determinado, uno de los músicos abandona el grupo y se plantean que hacer:
AG: Después de unos cinco años, el Xavi Borràs se planteó su futuro de otra manera y quiso dejar el mundo de la escena. Y en un momento en que nos empezaban a conocer más, que nos estábamos consolidando, no sabíamos que hacer, si matar al personaje y buscar otro, o qué. Pensábamos que si encontrábamos alguien que pudiese continuar lo haríamos, y si no diríamos que se había ido a América, como el Manolo de nuestra canción. Y encontramos a Quique Pedret, que tenía todas las características, porque cantaba, se defendía en el escenario como actor, y tenía aquel conocimiento especial de los valores de la cultura rural. Lo entendió perfectamente, lo clonó y lo hizo suyo. Hubo todo un proceso, un stage especial dedicado solo a que el nuevo noi, aprendiese los tics y todas las cosas del antiguo. Andaban juntos, buscando la postura de El Noi. Incluso llegaron a ponerse la peluca y aquella americana patética de cuadros e irse los dos por Tortosa de vinos para hablar como él… Fue muy entrañable y todo lo problemático e incluso humanamente doloroso que podía suponer dejar de trabajar juntos, tuvo la contrapartida de este adiestramiento.
Ahora le pedimos más información sobre los personajes que forman el grupo:
AG: Como no somos actores, ni mucho menos, somos unos músicos que nos hemos impuesto este sobre esfuerzo, los personajes los hemos ido creando cada uno según nuestras posibilidades. Yo escogí el papel de ciego porque me notaba muy cómodo detrás de aquellas gafas oscuras y la perilla, con aquella máscara que te ayuda tanto a cambiar, a intentar ser más gracioso de lo que te sientes. Hay mucha gente que me dice que Quico El Celio es más divertido que yo. [risas] ¡Es verdad! Detrás de estas máscaras y el no hablar del mudo, cada uno se ha construido su personaje y los hemos ido dotando de un pasado. Ha habido auténticas reuniones para reconstruir la historia de cada uno, porque tienen tanta vida y han de tener tanta capacidad de improvisación que necesitan un pasado. “¿Y El Noi por qué vive solo?” “Está solo porque la mujer lo dejó.” “¿Y cómo conoció al Quico?”… Y todo este imaginario lo tenemos, lo hemos ido construyendo y cada vez se hace más grande. Hicimos Lo llibre de música, con un centenar de músicas y de canciones; con unos capítulos previos que eran la historia del grupo; o de cómo se canta una jota; y uno de los apartados era el imaginario de Los Quicos.
Veinte años de carrera, en estos tiempos que corren, ¿qué son para ellos?:
AG: Es mucho tiempo, y estamos muy contentos porque somos muy conscientes de que lo qué hemos conseguido es muy difícil, en muchos aspectos. Los seis músicos que hoy defendemos el proyecto hace once años que estamos juntos y hemos llegado hasta aquí porque nos hemos convertido en una familia. Hemos logrado que nuestros problemas no pasen de ser domésticos. Hay gente que se conoce, que se aprecia; y hay momentos difíciles, algunos de verdad, pero lo hemos conseguido y somos muy conscientes de que esto no es fácil. Ya no es fácil vivir de la música, aún más difícil vivir de la música de raíz, sin ser mediáticos… Ha sido un camino tranquilo, y el no ser mediático tiene sus ventajas: como no eres producto de una moda, nadie te sube y, por lo tanto, nadie te baja. Vas haciendo, y ves las cosas de una manera muy fácil, muy sencilla; nadie te dice cómo has de hacer un disco ni cuándo lo has de hacer. En el concierto que hicimos en las Fiestas de la Mercè, miles de personas cantaban nuestras canciones y decíamos: “¡Qué bonito!” Y con ganas de continuar, muchas. Hemos hecho este disco de los 20 Anys, porque nos gusta celebrar las cosas. Hay canciones nuevas y hay versiones de canciones muy antiguas que teníamos muchas ganas de volver a hacer. Y el disco nuevo lo hemos acompañado de una antología remasterizada, pero no ha sido como un “¡Mirad que hemos hecho en estos veinte años!” En total es una pequeña selección que, juntamente con las 13 del nuevo disco, son 30 canciones de nuestra trayectoria. Y te reirás, pero acabamos haciendo votaciones eliminatorias [risas]. Lo que intentamos es que quien nos conoce y quien no, se pueda hacer una idea de lo que hemos hecho, y de lo que haremos. Nos encontramos en un momento de muchas ganas de continuar, con muchas cosas superadas, cosas tristes, que también ha habido, y queremos que el disco lo refleje. Hay una canción, Cançó d’amor a multitud, que es un agradecimiento a todo la gente que nos ha dado energía; porque hay momentos que si no fuera por la energía de la gente que valora tu trabajo, y no es una frase hecha, no hubieses tenido fuerzas para continuar.
Y uno de esos momentos, de los episodios más críticos, fue cuando se pronunciaron abiertamente a favor de la defensa del Ebro, del agua:
AG: Fue un momento de preocupación social pero, a la vez, de conciencia del territorio, de identidad, de las Terres del Ebre… Personas de Barcelona que llevaban a sus hijos a Tortosa a ver lo que estaba pasando en el Ebro, porque era una verdadera revolución: con asambleas permanentes, con movilizaciones permanentes, con gremios profesionales que recogían dinero para la plataforma, con gente de todas las edades que iba a encadenarse… Tuvo su parte positiva. Nos ayudó a hacernos conocer como territorio. La primera vez que vinimos a Barcelona, hubieron tres grandes manifestaciones de centenares de miles de persona, cuando no tocaba salir a la calle, en una época que era el oasis… A partir de una mala cosa, las Terres de l’Ebre pasaron de ser la Catalunya más desconocida a una de las más conocidas y también más queridas. Y somos muy conscientes de que aquella primera batalla contra la agresión hidráulica se ganó gracias a la gente de toda Catalunya, que sintió el Ebro tan suyo como lo sentimos nosotros. Y nació, como dicen en Casablanca, una gran amistad. Para nosotros fue una gran oportunidad, que un músico no siempre la tiene, de poner su arte, su música a favor de una causa. Tuvimos presiones, perdimos conciertos. Fue duro. Pero tuvo un final feliz, aunque la lucha continua.
Volviendo a su música, le preguntamos cuál era el disco del que estaban más contentos:
AG: El mejor disco es siempre el último, pero no por cuestiones de márquetin. Es que cuando haces una cosa intentas mejorar, al menos has de ser más maduro. Lo que pasa es que cada disco tiene sus cosas. El primer disco, Es cantava i es canta, diría que es un referente para mucha gente porque fue la sorpresa con la que nos dimos a conocer, la irrupción de otra música tradicional catalana. Otro también que no pierde vigencia es el directo, el Vinguen quan vulguen! , porque siempre decimos que para explicar bien lo que hacen Los Quicos, se nos ha de ver, e hicimos un CD y un DVD, aunque nuestros conciertos son aún más completos por la complicidad que hay con la gente. Y a partir de aquí vas evolucionando, y lo que nos hemos atrevido a hacer en el último disco, buscando otras sonoridades, tampoco es nuevo, porque lo hemos hecho desde el primer día. Ahora nos sentimos más libres porque creemos que la gente conoce muy bien lo que es la música del sur de Catalunya, sabe muy bien lo que es una jota, por lo que me permitirás hacer una jota en plan balada pop, como la canción Lo blanc del si no fos, porque el cuerpo te lo pide… [risas] Pero a la vez, en el disco nuevo, también hay cosas en un estado muy puro.
Entre sus trabajos, también está La Barraca, que hicieron junto al valenciano Pep Gimeno Botifarra:
AG: Una de la experiencias imborrables. Fue el plasmar, el dejar constancia para la memoria, algo que la gente de las Terres de l’Ebre tenemos muy claro: esta unidad cultural. Fue un pacto para decir que ya estaba bien de hablar de diferencias entre catalanes y valencianos. Conocer a Pep Gimeno Botifarra ha sido, para mí, una de las experiencias más bonitas y el convencimiento de que has conocido a una de las personas más interesantes y apreciadas de estos veinte años.
Nos iba comentando, cada uno de los temas de su disco 20 anys, para acabar haciendo una reflexión sobre el papel que muchos les dan como uno de los referentes de la música de raíz:
AG: Eso lo han de decir los demás. Puede que hemos abierto camino, en algún aspecto hemos hecho que la gente piense que desde allí abajo, también se puede hacer un proyecto musical que llegue. Pero hay músicos, como Pepet i Marieta que tienen un talento tan inmenso que no les hubiésemos hecho falta. También, puede ser, el incorporar la jota en el repertorio, como Montse Castellà, los mismos Pepet, en plan más pop, o los Xeic! De Rasquera, que hacen ska, pero también incorporan la jota. Puede que sí, que mucha gente se ha animado a incorporar esta música de raíz.
Finalmente, Quico El Celio, que nos ha acompañado de forma silenciosa y atenta durante toda la entrevista, quiere decir unas palabras, que luego traduciré:
Quico el Celio: Jo, ja m’estranyava, que porta el senyor Gaya aquí parlant… que porta rato i oco!, que sap de parlar i erudito que és, però escolta, si no el fem callar… I dic, i el senyor Federico no em diu res, i m’ha fet vindre i no em pregunta res… Al final m’ha dit: “Escolta, Quico! Saluda!” Bueno, pues gràcies, [rient] i un saludo de part de El Noi, que no ha pogut vindre [riure], que encara està aparcant lo 4L i ha fet tard. Però bueno, moltes gracies!
[Yo, ya me extrañaba, que lleva el señor Gaya aquí hablando… que lleva rato y ¡ojo!, que sabe hablar y erudito que es, pero escucha, si no lo hacemos callar… Y digo yo, el señor Federico no me dice nada, y me ha hecho venir y no me pregunta nada… Al final me ha dicho: “¡Oye, Quico! ¡Saluda!” Bueno, pues gracias [riendo] y un saludo de parte de El Noi, que no ha podido venir [riendo], que aún está aparcando el 4L y se le ha hecho tarde. Pero bueno, muchas gracias!]
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