Wim Mertens
Wim Mertens
Gran Teatro de Córdoba. 19 de abril de 2013
Bien es conocida la capacidad de ensoñación de la música, que puede transportarnos con una bella melodía a lugares exóticos o inexistentes, a paisajes oníricos de gran belleza y a zonas de nuestro subconsciente, de nuestro yo interno, recónditas e inexploradas antes. Wim Mertens consigue todo esto con una apabullante facilidad, nada más acariciar con sus dedos su Hinves.
12 años hacía que Mertens no visitaba Córdoba, pero mereció la pena tanta espera. En esta ocasión se presentaba en formato trío, Mertens al piano y voz, muy bien acompañado por Lode Vercampt al violonchelo y por Bart Lemmens al violín, para deleitarnos con las composiciones de su nuevo trabajo discográfico, A Starry Wisdom, que está en el mercado desde el pasado mes de febrero. Un álbum, encargo de la comisión del Festival Anual de Gante (Bélgica), en el que reunió a un importante elenco de músicos instrumentistas (segundo piano, viento madera y metal, arpa…), pero que en directo lo interpreta en formato trío. Y como no podía ser de otra manera, la música de Mertens te atrapa, se te agarra dentro y ya nunca más podrá salir de ti. A lo largo del concierto se fueron sucediendo temas de su último disco –From a nethermost point of view, The custom of amok, More than a genre, Given without giveness, At the edge of the void…- con momentos absolutamente mágicos, como ese fabuloso diálogo entre el violonchelo de Vercampt y el violín de Lemmens, que por un instante se hizo eterno. Además fue adornando la actuación con interpretaciones de sus discos anteriores. Fue sonar las primeras notas de Struggle for Pleasure y el Gran Teatro cordobés se vino abajo. Se sucedía una ovación detrás de otra tras cada canción y Mertens respondía levantándose, saludando al público y dando las gracias a sus dos magistrales acompañantes.
Tras una hora de intensa magia musical, los tres músicos abandonaron las tablas mientras el auditorio aplaudía entusiasmado pidiendo unos bises que no tardaron mucho en llegar. Un final perfecto para una noche brillante. + Info |Texto y fotos: Alejandro López García – La Vuelta al Mundo en 80 Músicas