Simo Lagnawi
Simo Lagnawi
”The Gnawa Berber”, World Music Network | Karonte, 2015
Permítanme una introducción sobre el término gnawa antes de hablar sobre el disco que nos ocupa.
Gnawa es el nombre que reciben en Argelia, Marruecos y otros países del Magreb, los miembros de una serie de cofradías místicas y musulmanas caracterizadas por su origen subsahariano y por el uso de cantos, danzas y rituales sincréticos como medio para llegar al trance. La historia dice que son una minoría étnica descendiente de esclavos de varias zonas del África Negra (Senegal, Sudán, Malí…).
El término se utiliza también para definir el estilo musical practicado por estas cofradías o por músicos que se inspiran en ellas. Los gnawa incitan al trance hipnótico por medio de una música y unos bailes que evocan a los santos protectores, a los que se supone poder para expulsar a los demonios y curar determinadas enfermedades.
Los instrumentos utilizados son el gumbri o guembri, (especie de laúd, normalmente de tres cuerdas con sonido de bajo, cuyo cuerpo está tallado en madera y recubierto de piel de camello tensa, además sus cuerdas se fabrican con los intestinos de una cabra macho, según el ritual gnawa), el tbel (un gran tambor) y las qraqeb o karkabous (las características castañuelas de metal). El gumbri solo puede ser tocado por el maestro o iniciado, que es quien guía los rituales llamados “lilas”. En ellos la música es muy rítmica y repetitiva y se caracteriza por un canto dialogado, en el que una voz principal realiza invocaciones y es respondida por el coro, todo ello sobre una melodía de gumbri acompañada por los instrumentos de percusión y palmas. Los propios músicos gnawa no se consideran sanadores en sí, sino una especie de mediadores entre los enfermos y la sanación divina.
Simo Lagnawi es un músico marroquí de origen berebere, maestro de la música gnawa (gnawa maâlem) y un virtuoso del gumbri. Viajó a Londres en 2008 y estuvo tocando en sus calles, pero poco a poco fue haciéndose un lugar en la ciudad. De hecho le dedicó su primer disco, Gnawa London, consiguiendo una muy buena aceptación de los medios y del público inglés. Actualmente ha montado allí la School of Gnawa, única escuela de ese tipo en ese país. Simo lleva más de veinte años perfeccionando su arte y aunque participa junto a otros músicos en varios proyectos musicales más eléctricos y de fusión, en este The Gnawa Berber sigue la estela de su anterior trabajo y se centra aún más en sus raíces beréberes para difundir la comprensión de la sagrada tradición gnawa.
De nuevo la instrumentación es sencilla, Simo toca todos los instrumentos, gumbri, voces, qraqeb y se deja acompañar únicamente en tres de las doce canciones que tiene el disco. Todas ellas son composiciones populares del Sahara o de las etnias Hausa y Bambara, pero con mucho groove. Como por ejemplo Sandika donde Simo muestra su destreza creando un trepidante ritmo con su gumbri, mientras es acompañado con esas evocadoras voces de llamada-respuesta. O en Adasoyo, donde las qraqeb, los coros y el gran tambor se apoderan de la canción. Y tanto en Hiriza Foulan como en Tagna, tras unas armoniosas introducciones, el ritmo sufre esa típica aceleración de las canciones gnawa que acaba con una cadencia más apasionada. Las aportaciones de Freya Rae a la melódica flauta en la envolvente Sma, de Louis Bingham con su banjo en la africana y reconocible Sahara Wiya y de Griselda Sanderson (productora del disco) con su violín en la sugerente y rítmica Dounia, enriquecen el carácter hipnótico y repetitivo del núcleo de la canciones. El tema que cierra el disco, Malo, quizás el más relajado, narra el propio viaje de vida de Simo Lagnawi.
Dicen que la música tiene el poder de evocar imágenes de tiempo y lugar, pues con este disco se cumple y se hace relativamente fácil viajar a esos territorios donde esa música se originó. +Info | Relacionados | Miguel Amorós.