Raíces y Puntas
Raíces y Puntas
Rumbitas pal pelo.
Desde tierras de chirigotas y mojo picón vienen Raíces y Puntas. No se piensen que hablamos de una marca de champú, ni mucho menos.
Aunque sus rumbitas mestizas les hagan a más de uno desmelenarse y agitar el cuero cabelludo como poseso. Tras dos demos, un EP y una jartá de recitales, el sexteto gaditano-canario se embarca en un largo vacilón y de título esclarecedor, Que le importa a las estrellas (K.CH / Canarias CuItura en Red / Rina Records, 2010). Hablamos con Sharly García, señor del micrófono y la guitarrita, así como firmante de letras y músicas.
La verdad es que Raíces y Puntas suena a marca de champú, pero ¿Qué simboliza para vosotros vuestro nombre?
El nombre viene a contar lo que hacemos, que no es sino tirar de la música tradicional, de raíces, y darle un rollo más contemporáneo, que serían las puntas… Tratamiento capilar completo, vamos.
Llevais ya unos cuantos añitos ¿Qué buenos sabores y sinsabores destacariais de toda esta andadura?
Lo mejor es la conexión que se da con la gente que viene a vernos en directo; los conciertos se convierten al final en una fiesta en la que ves como todo fluye, y eso es alegría para el espíritu… Además, es raro el bolo en que no acabamos haciendo nuevos amigos, lo cual puede resultar perjudicial para el hígado, pero muy positivo para el desarrollo personal…
Lo peor es toda la brega que lleva esto, el camino de la música es muy bonito, pero muy complicado. Como decimos en una canción: “..y es que las cosas del arte están muy caninas, y es que no dan pa la jambre, harto canela fina..”.
En vuestra música se aprecia bastante que habeis mamado mucho de Kiko Veneno y Pata Negra, pero ¿Cuáles son vuestros referentes tanto musicales como extramusicales?
Esta es la pregunta del millón. En esta banda cada uno es de su padre y de su madre, por lo cual resulta difícil marcar unas referencias claras. En mi caso, que soy el más clásico, me he nutrido de cosas tan dispares como Chano Lobato, Escorbuto, Robert Jonhson, La Vieja Troba Santiaguera o AC DC, así que multiplica eso por seis y a ver quien se aclara. Lo mejor son los viajes en furgoneta, donde cada uno lleva sus discos para pinchar y la pelea es tremenda. En lo extramusical todos coincidimos en una cosa: Chiquito es el rey.
¿Empezó el grupo con la idea de un sonido concreto o se fue modelando con el paso del tiempo?
La idea desde el principio fue la de lograr un sonido muy natural, basado sobre todo en instrumentos acústicos, con la guitarra flamenca como seña de identidad. Seguimos trabajando sobre esa línea, aunque tratamos de darle a cada canción la sonoridad que nos pide. Los cambios que ha habido en la formación de la banda también nos han permitido evolucionar en este sentido, y cada vez estamos logrando tener un sonido más propio, más Raíces y Puntas.
Procedéis de Chiclana ¿En que medida afecta a vuestro sonido vuestra procedencia geográfica? ¿Podríais contarnos en líneas generales que cosas interesantes a nivel musical se cuecen por esos pagos?
El grupo original estaba compuesto por un puñado de chiclaneros emigrados, efectivamente, aunque ahora tenemos en las filas también a tres canariones y un malagueño, que le dan salsa al asunto. Aunque la banda ya no sea puramente chiclanera, sigue siendo sureña y atlántica, y eso se nota, sobre todo en las ganas de cachondeo. Precisamente uno de los elementos característicos que tratamos de fijar en nuestra música es que se impregne de los aires de nuestra tierra, que no le falte el aroma a vino fino y el soniquete del carnaval, así como el roce con los sonidos de ultramar, que han influido en la cultura del sur desde hace siglos. Se trata en el fondo de hacer lo que siempre se ha hecho, fusionar músicas de muchos sitios tal como se entienden en tu tierra, y lo que sale en este caso es un potaje bien sabrosón.
En Chiclana la verdad es que en los últimos años la cosa musical se mueve bastante. Tras el boom de bandas que hubo en los ochenta la cosa se había quedado un poco estancada, pero llevamos unos añitos en los que se están gestando proyectos muy interesantes, como el caso de Trashtucada, que están que lo rompen, este año tocan en el Viña Rock y empiezan a ser solicitados en festivales de toda Europa, o la Trueke Band, una banda más jovencita pero con mucho rollo. Otro proyecto que me gusta especialmente es el de Arwez, que hace un experimento donde aúna poesía y música de una manera muy atrevida y pendenciera.
¿Habéis tenido muchos cambios de formación a lo largo de los años?
Ha habido diversos cambios, aunque en los dos últimos años parece que la cosa se ha asentado, lo que nos está permitiendo trabajar mejor el sonido del grupo. La actual formación es de primera, contamos con unos pedazo de músicos que quitan el sentío, y se ha montado un grupo humano que emana alegría y disfrute, lo que apunta a que seguiremos juntos mucho tiempo dando guerra.
Que le importa a las estrellas ha sido grabado en tres estudios diferentes: Heat Room y ASK en Madrid y Cuatro Gigantes en Las Palmas ¿Ha sido complicado orquestar las sesiones de grabación?
No ha sido difícil. En Madrid grabamos en dos estudios diferentes y mezclamos en otro, pero el equipo técnico principal ha sido el mismo, con lo cual nos hemos ido movilizando en función de las necesidades y disponibilidad. En cuanto a los estudios en Las Palmas los utilizamos para grabar algunas colaboraciones puntuales. Lo más difícil de la grabación ha sido, posiblemente, pagarla.
Hay una larga lista de colaboradores en el disco e imagino que habrá sido bastante arduo el llevar a cabo y organizar todo el tinglado, no?
El grueso de las grabaciones era cosa de los músicos de la banda, con lo cual hemos ido avanzando en esto y a medida que los colaboradores tenían disponibilidad los íbamos colando en el estudio. Con alguno hubo que hacer cabriolas, pero en general nos hemos organizado bien y no nos salimos mucho del plan inicial. Esto ha requerido buenas dosis de planificación y coordinación, pero cuando hay ganas todo es más fácil.
En Que le importa a las estrellas hay instrumentos de lo más exótico como el timple canario o los tambores batá ¿Fue premeditado el hacer uso de ellos?
El indagar en el folklore es lo que tiene, hay un millón de instrumentos con unas sonoridades increíbles, y uno quiere usarlos todos. En directo venimos metiendo siempre el tres cubano o las percusiones más variopintas, pero un disco te da la oportunidad de desarrollar más en este sentido, y no nos hemos podido aguantar.
Uno de los puntos fuertes y de las notas distintivas de la banda son esas letras cargadas de gracejo y poesía callejera ¿Que modus operandi sigues a la hora de rubricarlas?
En primer lugar se trata de hablar de cosas que a todos nos atañen sobre la vida y el mundo en que vivimos, dando una visión particular que no coincide en muchos aspectos con la que nos da el sistema, pero sí con la de mucha gente. Y en segundo lugar se trata de hacerlo con alegría y buen humor, pues bastante jodida está ya la cosa como para echarnos a llorar.
¿Cuáles son las canciones que a vuestro juicio os han quedado más resultonas en el disco?
Cada cual tiene sus preferidas, a mí en concreto me ha gustado mucho como han quedado Una máquina perfecta, Ojalá lloviera al revés y Salirse del pellejo.
El arte del libreto y la portada es bastante naif y empasta muy bien con el espíritu de vuestra música ¿De quién es obra?
La idea del arte la teníamos pensada, con ilustraciones tipo “El Principito”, que van con la idea de ver el mundo con una mirada de niño, que no está pervertida pero que pone en cuestión todo el orden establecido. Y estuvimos un tiempo buscando a alguien que tuviera un estilo limpio, pero con fuerza, para que el resultado no quedara muy moña. Al final dimos con una artista de Barcelona, Aurora Portillo, que nos dejó impresionados con sus ilustraciones y diseños. Enseguida captó la idea y el resultado es la hostia, no solo se ha currado una buena portada, sino que el libreto tiene unas ilustraciones que parece que hemos editado un libro en vez de un disco.
En los créditos del disco aparecen nombres como los de Canarias Cultura en la Red, Irina Records y Komando Chiclana ¿Qué podeis decirnos de ellos y en que medida os han ayudado con la edición del disco?
El Komando Chiclana es la productora que tenemos montada, en realidad se trata de todo un grupo de gente que se dedica a diversas facetas artísticas y no artísticas, a los que nos une una manera determinada de ver y hacer las cosas, nos echamos un cable entre nosotros, y usamos esta marca en nuestras producciones. Canarias Cultura en Red es una entidad pública del gobierno canario, que nos ha apoyado con el patrocinio del disco, dado que buena parte de la banda procede de Las Palmas, y la discográfica Irina Records es la que ha mediado con ellos en todo este jaleo y nos ha dado cobertura para la edición.
¿Como surgió y cómo recordáis vuestra participación en el recopilatorio Neocalorrismo X Fiesta -Volumen 1 donde compartíais surcos con La Pegatina, Jaleo Real y El Puchero del Hortelano, entre otros cuantos grupos más? ¿Habéis participado en más recopilatorios? ¿En que discos de otros artistas habéis colaborado?
Nuestra participación en el recopilatorio del Neocalorrismo fue a propuesta de José Bejerano, de Rumba Tunning, que nos escuchó y se quedó pillado con lo nuestro. Nos contó el proyecto y nos pidió nuestra colaboración, lo que hicimos encantados. La cosa no quedó ahí, pues después participamos en algunas de las fiestas y en el Festival de Neocalorrismo que se monta anualmente en Barcelona, y en la exportación a Madrid del invento. Así que nos hemos convertido en unos Neocalorros de tomo y lomo, y a mucha honra.
También hemos participado en otro recopilatorio que se sacó en 2007, el de “Otra música es posible”, de Caimán Records, en el que colaboraban bandas como Maui y los Sirénidos, Iratxo o Pachamama Crew. De aquí no salieron ni festivales ni zarandajas, pero ahí queda eso.
En cuanto a nuestra participación en discos de otros artistas, todos los músicos de la banda han hecho sus colaboraciones con grupos como Lagarto Amarillo, Fuel Fandango, Maktub, Tiritaña, Plan 9, Psicoflex, Biosfear, o Luis Quintana, entre otros. O sea, haciendo todo tipo de música y con todo tipo de gente. Unos putos mercenarios, vamos.
¿Qué planes futuros tenéis a corto y largo plazo?
Ahora estamos con la gira de presentación del disco, unos 20 bolos a lo largo de la primavera por los cuatro costados del país, que rematamos el 28 de mayo en Madrid y el 2 de junio en Barcelona. Y la idea es darle fuerte este verano a los directos, que es lo nuestro, a ver si cogemos carrerilla y no paramos en una buena temporada. Eso sí, si la crisis lo permite y la virgen está de nuestro lado… http://www.raicesypuntas.com/ // Miguel Ángel Sánchez Gárate