Mariola Membrives

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50 Woll Damm Festival de jazz de Barcelona. Luz de Gas 4 de diciembre de 2018

Con Mariola Membrives nunca sabes cómo va a ir el bolo. Había leído que traía consigo a David Pastor, Oriol Roca y Masa Kamaguchi. La última vez que había escuchado a la cordobesa había sido en la sala Hirosima en el festival de Flamenco Ciutat 2018, precisamente con Roca a la batería, la guitarra sarda de Paolo Angeli y el chelo de Sasha Agranov. Pues bien cuándo aparecieron los músicos en escena, cambio radical. Ningún problema, el trio es igual de interesante, y seguramente el cambio ha hecho replantear estructuras para que los nuevos instrumentos compartan las ideas que esconde Membrives en este nuevo proyecto. La Enamorada. Primero fue La Llorona, Whatabout music, 2014 arropada con solo el contrabajo de Kamaguchi. Ahora según la autora ha recogido unas cuantas canciones de amor (y dolor) y rodeada de músicos siempre interesantes, nos las ofrece envueltas en telas irrepetibles. El trio que apareció en escena son: en la guitarra Jordi Matas (sabido es que Membrives prepara disco con Marc Ribot) así que bien puede Matas y sus “distorsiones” encajar en este proyecto. Al contrabajo Tom Warburton (los que conocéis sus colaboraciones con Marc Ayza ya sabéis de que hablo)  y en el trombón Vicent Pérez (quinteto de Marco Boi, Young Effervescence Big Band ) en fin tres elementos de cuidado. Empezó la noche con El día que nací yo y ya apuesta Membrives por el free más radical, no se andan con chiquitas, contrasta enseguida con El Jinete el tema de José Alfredo Jiménez, que Membrives reviste con capa nueva pero sin ocultar la sencillez de la poesía del pueblo llano. Beautiful Love, empieza con la guitarra de Matas y su voz, pero enseguida Membrives lo lleva a su mundo, con el compás de sus palmas injerta en el tema su cultura rítmica, genial la guitarra de Matas, siguen con The thrill is gone, está claro que la noche va a tener un crisol amplio de estilos y la voz de la cordobesa se va imponiendo en una sala que tiene rendida desde el principio, después de un solo precioso de Warburton , Membrives se acerca discretamente le susurra algo al oído y nos cuenta que ahora le apetece que suba José Maldonado que está entre el público e improvise con su baile sobre la sevillana La flor del romero. Maldonado es su compañero en el espectáculo Federico García y sin pensarlo dos veces se lanza a bailar lo que Membrives canta y en ningún momento desaparece el concepto de festival de jazz, ya que el baile no se encorseta en ningún estilo, Maldonado sólo baila lo que le canta Membrives y ahí está la grandeza de estos directos (en que son irrepetibles) Membrives ya ha presentado a la banda y también ha ido hablando de las canciones. Le llega el turno a Bésame mucho, sigue sin guitarra sólo con el contrabajo y el trombón que ejercen maravillosamente de base rítmica, Warburton por que ya le corresponde por su instrumento y Pérez porque tanto con la permanente sordina en su trombón, como con sus juegos de pedales hace rato que tiene al público dividido (los que les molesta ese intrusismo y los que estamos encantados con su desafío) sigue la noche con el tango Nostalgia, ahora sí que Membrives necesita la desgarrada guitarra de Matas que tanto por los acordes como por las atmósferas creadas le sienta como un elegante guante a la voz de Membrives. Aprovecha Como tú, (piedra pequeña como tu) recordando a León Felipe y a Paco Ibáñez para mencionar los resultados de las recientes elecciones andaluzas, y remata el tema con ese esplendido ataque al racismo que es Strange fruit, y toda la negrura desafiante de Billie Holiday se metió en el cuerpo de la cordobesa para fusionar el blues del Mississippi una vez más con el andaluz. Y llegó la guinda del pastel, Ne me quite pas, ofreciéndonos su interpretación “respetuosa” del tema de Brel, impresionante, cantándose a ella misma en contorsiones infinitas  y llegó el momento del bis. Aprovechó para presentar su composición que dará título al nuevo álbum, La enamorada, se trata de una voz  que describe el enamoramiento pero sobre las pulsaciones contundentes de Warburton y las distorsiones atroces de Pérez y Matas, y cuándo menos te lo esperas el espíritu de Brel vuelve a penetrar en el tema, porque en ese momento Mariola Membrives ha necesitado volver a entrar en ese espectro interior, igual que otras veces necesita entrar en otros sueños haciendo flamenco. Así es esta mujer. Afortunadamente.  + info | relacionados | Fotos : Joan Cortès.

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