Krar Collective
Krar Collective
“Ethiopia Super Krar” World Music Network / Karonte, 2012
Como ocurre cíclicamente con todos los estilos musicales, que llegando un momento se ponen de moda, parece que en los últimos tiempos le ha tocado el turno a Etiopía y su sugerente música. En beneficio de ello, no son pocos los grupos que han conseguido que sus nombres trasciendan allende sus fronteras. Evidentemente que artistas de larga carrera y calidad contrastada como Aster Aweke o Mahmoud Ahmed fueron la punta de lanza. Otros más modernos como la excepcional Ejigayehu Shibabaw, mejor conocida como Gigi, también ha mostrado su calidad sobre todo fuera de su país. Asimismo la imponderable colección Ethiopiques ha ayudado a mostrarnos otras joyas como el saxofonista Gétatchèw Mèkurya o el pianista y vibrafonista Mulatu Astatké y su ethio-jazz (gracias a la película Broken Flowers de Jim Jarmush). Más recientemente los modernos Dub Colossus han ampliado el espectro. Pues apunten otro nombre a la lista: Krar Collective. Tomando como apodo uno de los instrumentos de cuerda más importantes de su país, el krar, se da a conocer este colectivo que en realidad es un trío.
Pero antes de ir a la parte musical, unos breves apuntes sobre el krar. Se trata de una lira de cinco o seis cuerdas que posee una herencia ancestral. Es considerado por muchos como descendiente de la lira hebrea (kinnor) del rey David y en relación también con la antigua cítara griega. Este instrumento sencillo es muy popular entre los juglares Azmari, que aún hoy acompañan con el krar sus antiguas canciones.
El trío está compuesto por Temesgen Zeleke, que es el virtuoso de este instrumento. Él formaba parte de la banda de Mulatu Astatké y este mismo fue quien le animó a desarrollar su talento con el krar. Junto a Temesgen, la poderosa y dulce voz de Genet Assefa y los ritmos a las percusiones kebero de Robel Taye. Lo que más llama la atención es que con tan solo un instrumento de cuerda, una voz y cuatro tambores de aspecto casero (el kebero), se consiga algo tan dinámico. Aunque en el disco han incluido más instrumentos autóctonos como el krar bajo, flautas washint y el violín de una cuerda masenqo. Todo fue grabado de forma analógica, en directo y de una toma, si la anterior era peor, se borraba.
El repertorio en su mayoría son canciones tradicionales arregladas por el colectivo y sus títulos están relacionados con algunos de los nombres de los más de ochenta grupos étnicos que conviven en Etiopía. Esto demuestra la gran diversidad musical que existe allí, un país quizá pobre económicamente, pero culturalmente muy rico.
Musicalmente son temas sencillos y extensos que pueden ir de la bonita balada Tizita, a la rítmica Welaita, o Ete-mete una canción infantil donde se escuchan las clásicas llamadas-respuestas. En otros como Ambassel brilla la voz ululante de Genet o en Guragigna lo que sobresale es la rica combinación de las voces de Genet y Temesgen.
Simpleza, tradición y talento. + Info | Relacionados | Miguel Amorós