Gallardo del Rey & Cortabarría
Gallardo del Rey & Cortabarría
”14 maneras de echarte de menos”
Deutsche Grammophon / Universal
www.deutschegrammophon.com
Catorce son los años que hace que Astor Piazzolla murió y catorce son los temas con los que Ezequiel Cortabarría y José María Gallardo del Rey le recuerdan. Precedido por el éxito de público y crítica del anterior trabajo del guitarrista (The trees speaks, Deutsche Grammophon, 2004) y tras un lustro y medio de investigación musicológica, indagando en el por qué más que en el cómo de cada pieza, el dúo reúne aquí la suite Historia del tango, varios estudios para flauta sola y pertinentes revisiones de Oblivion, Milonga del ángel, Verano porteño y Adiós Nonino, más una preciosa versión instrumental de Chiquilín de Bachín en la que, a falta del texto cantado de Horacio Ferrer por el imperativo formal, la flauta llorona de Cortabarría sustituye la voz con mucho sentimiento. Pese a algunos arriesgados arreglos propios, algo lacios y más preocupados por los efectos y el detallismo, Gallardo del Rey y Cortabarría aguantan bien las tensiones de Piazzolla, estableciendo unos diálogos cómodos para el oyente y muy bien compenetrados entre sí. De mayor brillo y más cálidos que Irmgard Toepper y Hugo Germán Gaido (Piazzolla, Naxos, 2000), y quizá por ello menos distanciados de la obra que ejecutan y por tanto más condicionados por su pasión y subjetividad interpretativa –lo que no es en sí ni bueno ni malo, pero sí un obstáculo para esencialistas y puristas de Piazzolla–, ya imponen fuerza y delicadeza en los primeros cortes del disco, para pronto desinflarse a partir de la mitad. Más de una hora de recital de flauta y guitarra puede resultar un tanto cansino, pero el dúo lo suple con brío y energía. Y consiguen transmitir, como bien apunta el flamencólogo y poeta Félix Grande en el cuadernillo del disco, “el clamor del virtuosismo hasta el sigilo de la intimidad”. Son las palabras más acertadas para definir el esfuerzo del dúo. // Iván Sánchez Moreno