Cesc Miralta Quartet: Gaudí Formes invisibles.

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Cesc Miralta Quartet
Centre Cívic Can Deu. 7 de abril de 2016

No podía empezar mejor este ciclo de jueves de jazz en Les Corts. Gaudí Formes invisibles es un proyecto que ya tiene seis años, pero dadas sus características es como si Miralta lo acabase de componer, ni la obra de Gaudí ni las composiciones del saxofonista tienen fecha de caducidad. Es un espectáculo de una calidad fuera de lo común, por varios motivos. Son nueve composiciones dedicadas a nueve obras de Gaudí, todas empiezan con unas imágenes de naturaleza que sirven para que el espectador pueda jugar a imaginar cuál será la siguiente obra, y todas tienen un sonido que dará pie a la entrada del cuarteto. Las imágenes son detallistas y no sólo están muy bien seleccionadas sino que sobre todo tienen una relación muy estrecha con el contenido musical. Y lo más importante y difícil para el compositor, hay una estrecha relación entre la música y el edificio que un servidor la vivió de una manera y seguro que otros oyentes la vivieron de otra. A la composición de todos los temas, y también al saxo tenor y soprano que fue intercalando Cesc Miralta, al piano Txema Riera, al contrabajo Paco Weht y a la batería Ramón Prats. Empezaron con La Pedrera, tema de líneas suaves, de discurrir tranquilo, reconozco que estaba tan “distraído” con música, imágenes, mensajes de Gaudí que me costó concentrarme. Siguieron con Palau Güell, empieza un dúo de Weht con Miralta creando una pequeña frase sobre la que irá creciendo el tema, un tema que irá acercándose al viejo Mississippi y algunas volutas de las columnas se transforman en claves de sol. Peces y más peces, azul y más azul nos introduce junto al repiqueteo de Ramón Prats a la Casa Batlló, infinitos mosaicos que nos muestran un trabajo de unificación, nada de individualidades, un tema libre pero de cuarteto. Casa Vicens, empieza con una conversación de pregunta respuesta entre Miralta y Riera, una conversación ambientada en cualquier café del siglo XIX, el piano abre puertas hacía lo latino el soprano refuerza la idea y la sección rítmica por supuesto lo confirma. La Sagrada Familia, Prats desde las escobillas marca un modelo, Riera y Weht minimalistas y Miralta con el soprano nos lleva por unos instantes a ese sentimiento religioso de Gaudí. El Parc Güell, risueño, fresco, como la naturaleza que anticipa el tema, vuelve el latín o más concretamente Cuba. Celler Güell dejan atrás las sonrisas y los colores para que el tenor de Miralta refleje el sosiego y la calma que enlaza con las líneas rectas y el recuerdo al románico de esta bodega. Cripta de la Colonia Güell. Preciosa balada que vuelve a traernos olores de incienso, lavanda y cierto recogimiento. La pequeña Cripta de Sant Boi huye como la composición de Miralta, de alturas y grandezas, buscan ambas en las notas sencillas el verdadero arte. Col·legi Santa Teresa, vuelta al viejo sur para buscar el sonido de las bandas de la calle, esa especie de ceremonia que en Nueva Orleans puede servir para un funeral y en Can Deu sirvió como despedida. Un enorme placer. + info | relacionados | Candido Querol

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