Buika | Vivir sin miedo
«Me he dado cuenta de que vuelvo a retomar otra vez esa rebeldía con la que empecé»
Nuevamente volvíamos a encontrarnos con Concha Buika, continuando una conversación que empezamos hace más de seis años y que hemos ido retomando en todas las ocasiones en que nos hemos vuelto a ver. Estaba de promoción de su nuevo trabajo y de su participación en el Voll-Damm Festival de Jazz de Barcelona, así que esta vez, nos dedicamos a hablar de su último disco, Vivir sin miedo, que se va a publicar por estas fechas y que va a sorprender a más de uno. Un disco donde la artista vuelve a sus orígenes, lejos de la copla, cerca de las músicas con más influencias anglosajonas, entre otras. Un disco, por tanto, del que era imprescindible que nos diera alguna de sus claves:
Vivir sin miedo
El disco, de Warner, lo ha grabado en Miami, la ciudad donde se fue a vivir desde hace un tiempo, pero no como una huida: «No, porque a mí me gusta irme por la puerta grande. Eso de huir no lo llevo bien porque soy muy presuntuosa y muy estrellita ― nos decía riendo―. Lo que pasa es que nosotros hacemos giras mundiales. Por cierto, ya hemos tocado en todos los continentes. Yo quería llevar mi carrera desde Mallorca, pero ese saltito a la isla me mataba. Desde Madrid también guay, pero era más complicado. En Miami en seis horas tienes Europa, en cuatro Latinoamérica, en siete llegas a Asia. Estratégicamente es el lugar más fácil para girar».
Pre-producción
Y allí empezó a hacer toda la pre-producción del mismo, como hiciera en 2001 con su primer trabajo, Mestizo: «Me he dado cuenta de que vuelvo a retomar otra vez esa rebeldía con la que empecé. Pero en un principio era esa energía sin control, y la potencia sin control, sin estructura y sin información, no sirve de mucho: lo mismo puedes crear ángeles que crear demonios. Entonces pasé un largo recorrido de aprendizaje, de escuchar, de sintetizar lo que el mundo me estaba diciendo en cierta manera, porque estuve girando por todo el mundo. Y ahora vuelvo con otra rebeldía, porque, pasados los 40, la rebeldía vuelve, ¿verdad?, así con más fuerza, pero ya con un poco de control con estructura y con peso».
La producción
Y empezó a plantearse el tema de la producción: «La noche más larga ya decidí producirlo yo, decidí no utilizar productores porque necesitaba saber para que me servía a mí un productor. No siento que sean personas que no sirvan, todo lo contrario, tienen una función muy difícil, y muy bonita, pero yo necesitaba saber para que lo necesitaba. Es que no me gusta eso de que las cantantes necesitan productores. La que lo necesite, bueno, la que no lo necesita, será otra cosa. Y yo quería saber que era lo que necesitaba. Grabé La noche más larga y casualmente fue nominado para los Grammy por la producción y ahí ya me limpió mi adentro, me sentí muy bien, y a partir de ahí empezar a contar con productores, pero sabiendo para que los necesito».
Los productores
Explicaba cómo ha trabajado con los productores: «Utilizándolos. Literal. Utilizándolos y no que te utilicen. Pero al final, ¿quién utiliza a quién? Es un juego de utilizamientos, porque al fin y al cabo nada sale si tú no quieres. Entonces cuando alguien te está direccionando hacia un lugar al que tú no quieres ir, no vas. Si tú vas es porque quieres ir. Yo siempre he sido la responsable del sonido de mis discos y estoy orgullosa de como suenan todos, y de todas las colaboraciones y de todos los productores con los que he trabajado. Aquí conté con la producción de Martin Tenerefe, que es impresionante lo que hizo este hombre. La pre-producción preferí hacerla sola. Cada batería, los instrumentos, los pianos, voces coros, arreglos, los grabé sola en casa. Lo que hizo él fue un trabajo de traducción y limpieza, porque yo soy hija de guineanos, bubis, nací en Palma de Mallorca y me he criado en muchos países del mundo. Mi música es muy extraña porque es muy ecléctica, y para que tenga un lenguaje más universal aquí sí que entendí que necesitaba un productor, para que pudiera unificar el lenguaje, porque claro, un tema sonaba rock, otro música brasileña, el otro sonaba heavy metal, el otro a reggae ―se ríe― y entonces unificamos el sonido».
Sus músicas
Y entonces decidió hacer un ejercicio de sinceridad: «De sinceridad conmigo misma. Si tú oyes música en la cabeza, ¡defiéndela! Otra cosa es que no la oigas y entonces necesitas que alguien la haga para que tú puedas hacer tu trabajo, pero es que yo oigo música en mi cabeza. Y la libreta de composición que tengo yo en casa…, tengo un background con más de dos mil canciones compuestas por mí. Y escribo libros y hago cosas y entonces pensé, si tú haces todo esto, ¿por qué tienes que quedarte con la imagen que los demás hacen de ti, si tú tienes tu propia imagen? Escribo, canto, practico fotografía, hago exposiciones, y soy una persona en teoría supuestamente ignorante, no tuve estudios. Yo tenía la imagen de mí, de que no tenía capacidad para las cosas que estoy haciendo, por esa edu-castración a la que nos sometemos. Siempre decimos que nos someten, pero a partir de cierta edad somos nosotros mismos los que sabemos que eso no es correcto, y nos sometemos. Quise romper con todo. Simplemente no es que quisiera, se hizo; porque si tú vives en abierto y no le tienes miedo a las lecciones de la vida, simplemente cuando llegan las aceptas y sigues, ¿no?»
La génesis del disco
La génesis de un disco que, como todos los suyos, tienen un porqué: «Todos los discos han tenido siempre como un poema o algo oculto. En este último lo que he estado trabajando es esta especie como de carácter robótico que se nos ha pegado a todos, en los últimos años, que ya no podemos ser viscerales, que no podemos opinar de según que manera porque no es propio, que ya no puedes decir según que porque no es ético, ya no puedes decir tal porque eres racista… Hoy en día he vivido rollos… Una persona ver que está muy jodida, pero tener que decir: “¡Ay no, no, no!”, porque admitir que alguien es celoso hoy en día, es raro, ya no es tan normal. Este disco lo quise sacar un poco como desoyendo todas esas voces que me decían: “No digas esto porque no va a ser propio. No grabes esto porque a tu público no le va a gustar, porque ellos esperan Mi niña Lola. No grabes en inglés porque pensaran que te quieres hacer la americana. No hagas esto, porque tal”. Quise desoír, como cuando era niña desoía: “Niña, con las bragas limpias que por lo menos si te caes en la calle que te pillen limpia los del hospital”. Cuando yo era pequeña desoí, y a veces me iba a la calle con las bragas sucias ―se ríe―, y ahora he querido desoír esas voces… Y grabé todas mis ideas, simplemente eso, con sinceridad».
Y ya, sin más dilación, le pedíamos que nos fuera hablando de cada una de las diez canciones que componen su trabajo:
Vivir sin miedo [ritmos de influencia reggae, con la voz, influenciada por las músicas que conoce, improvisando sobre los instrumentos]
«Es una declaración de intenciones. Yo grabé este tema y lo que digo en él es muy cierto: que hay un éxodo hacia el amor. Para mí el amor es la única respuesta a todo conflicto, sea del tipo que sea, y soy de la opinión que hasta para inventarse esto ―coge un botella de la mesa― hubo amor. Porque una persona que tiene que crear algo, tiene que entregarle todo su amor para que aquello salga, porque hasta que no salga le van a llamar loco. En la letra lo digo: “Decían que me iba a quemar en el infierno, que Dios no quiere en su rebaño gente como yo, que bla, bla, bla, bla…” Ahora no tenemos que juzgarnos por no ser cómo deberíamos ser, porque eso, ¿quién lo sabe? »
Sí, Volveré [la influencia africana está muy presente, tanto en las voces como en las melodías]
«Habla de los que siempre nos esperan. Estoy convencida de que el amor está en las personas que nos han visto ser lo mejor y lo peor de nosotros y han decidido quedarse a nuestro lado sin miedo. Nos han visto meter la pata; nos han visto decir muchas tonterías ―ríe―; nos han visto no acertar; nos han visto acertar; nos han visto triunfar; y han decidido quedarse. Esta canción está dedicada a ellos, a esas personas que por las razones que sean no nos tienen miedo…. Eso es muy bello. Es una entrega tan fascinante que es imposible psicoanalizar». Y seguía: «Esta canción vino a colación de una conversación que tuve con una abuela de una amiga mía que me dijo que los jóvenes de hoy no sabían querer, porque por cualquier excusa se divorciaban. Me decía que el único motivo por el que tú te puedes separar de alguien es porque ya no lo ames, pero porque te ha puesto los cuernos, porque hizo no sé qué, porque te dijo no sé cuántos…. Eso son problemas que se arreglan en la pareja, sino para que uno es pareja. Y tenía razón. Me impresionó, porque es cierto. Vivimos el amor con ofensa. La ofensa no entra en el amor. Si no, no es amor. ¿Tú me has hecho esto?, pues ahora yo no sé cuánto. Lo encuentro un poco ególatra y que se cuele en el amor me parece muy fuerte: “¡Es que tú me has hecho a mí…!” ¡No!, es la vida quien te lo está haciendo. Y en segundo lugar: “¡Es que no me gusta como hace esto, o ….! “ Es que esta persona no ha nacido para que a ti te guste lo que haga, lo hace para que su vida sea más fácil, no para fastidiarte. Es mucha dificultad lo que hay ahora mismo en las relaciones personales…. Y no es que antes fueran más fáciles, es que las personas estaban más dispuestas a aceptarse como eran».
Carry Your Own Weight [con la voz melódica de Jason Mraz, en contraste con su voz más potente contraponiéndose]
«Esta es la canción que hemos compuesto conjuntamente entre Jason Mraz, Martin Terefe y yo. Y esta canción habla precisamente de eso, de que la vida pasa, y que tú tienes que cargar con tu propio peso: “Que no importa si intentas escapar porque si la has liado parda tendrás que hacerle frente―dice la letra―, porque los fantasmas siempre vuelven”. La canción habla de eso, que puedes correr si quieres, escapar en un avión, pero no puedes escapar de ti. Y todo lo que hayas hecho irá contigo. Entonces es siempre mejor sostener tu propio peso y echarle cara a la vida. Maldita culpa, maldito invento, y eso nos tiene a todos hechos polvo de la cabeza. La culpa no sirve, es un invento estúpido y una palabra inútil. La responsabilidad sobre el hecho es lo que cuenta. Yo me hago responsable de que la he liado, y con mucha alegría, si queréis, ayudo a solventar la cosa, pero culpable no me siento. Y ese ejercicio es tan difícil de hacer para muchas personas… Lo que yo te acabo de decir, hermano, no te puedes imaginar a la cantidad de gente que le ha ofendido. Lo de la culpa es algo con lo que he tenido que lidiar mucho. Culpable de ser negra, culpable de…: “Vas a ser la única negra de la fiesta, ¡compórtate!” Es duro. Y esto es algo que viene por esa educación catoli-triste que nos han metido a todos y que te obliga a ser más de lo estás haciendo porque se lo debes a Dios. Asume el hecho, con alegría y con pasión, ¡es sanísimo! Y de eso trata esta canción».
Mucho Dinero [recuerda a algunas de las canciones de sus primeros discos, con un ritmo sostenido y una melodía con aires rapeados]
«Esta es una crítica muy dolorosa, pero a la vez muy fuerte, a la obligación del dinero. Yo crecí en una época en la que no era una obligación, era una opción. Si tu no estas institucionalizado y no tienes institucionalizados tus sentires ―se ríe―, no formas parte de la sociedad activa que sostiene y que tiene poder de decisión y poder de elección. Eres una garrapata social. Además, dinero, ¡dinero! A uno le toca una lotería y piensa que ya es feliz: “ Pero si sigues sin tener nada que hacer en esta vida, ¡desgraciado!” Vivo en Miami y los americanos son una sociedad maravillosa, muy naif, pero tienen una obsesión con el dinero. Y entre los jóvenes es lo que lleva a las drogas, las armas, la delincuencia y sin ni siquiera planteárselo».
Waves [la voz del cantaor Potito es, junto a la suya, la protagonista, además de las evidentes influencias flamencas]
«Es una canción de amor. Es una canción que habla de cuando la persona es capaz de llevarte mucho más allá de las horas. De cuando se crean esos momentos tan maravillosos que podrían pasar todas las horas del mundo y tú estás en el mismo estado, tan bonito. El tiempo o se ha parado o ha desaparecido. Solo estamos esa persona y yo y nada más; y el misterio de la vida. Otra cosa que también se nos ha visto trastocada por la prisa de la vida».
Good Men [nuevamente las influencias del rap, sobre un ritmo sincopado y repetitivo]
«Es una canción dura, porque aparte suelta palabrotas y dice cosas que no son muy apropiadas, pero esta canción está dedicada a la figura del hombre bueno. Estoy cansada y no solo yo, muchísimas de mis comadres, muchas mujeres están cansadas de la figura del hombre malo. “¡Todos los hombres son unos hijos de puta¡” Pues si es así, ya que más vamos a decir, ¡ya está! ―se ríe―. Como la mujer despechada por un hombre hace mucho ruido, eclipsa a la que es feliz, a la que tiene un hombre que es bueno, y que no tiene quejas y que esta guay. Y hay muchos, muchos, pero los malos hacen más ruido. Yo creo que, nosotros los artistas, tenemos el compromiso de devolverles un poco la autoestima a las personas. Tuve un debate muy interesante con un compañero. Llegaba un artista al aeropuerto, no me acuerdo como se llamaba, y le estaban esperando todos los gais y lesbianas, y lo echaron. ¿Por qué? Porque él en su repertorio, es un hombre de esos reggae, mayores, tiene una canción que dice que a los maricones habría que quemarles en el fuego de Babilonia ―se ríe con ganas―. Es la opinión del señor. ¿Ahora va a ser el mundo del arte el que va censurar? Me parece una barbaridad. Yo no estoy de acuerdo, pero no voy a su concierto y ya está. ¿Pero cómo vas tu a vetar a un artista a que entre en un país por sus opiniones? ¿A qué años estamos volviendo? La libertad de expresión es libertad de expresión, nos guste o no. La deseábamos y la queríamos todos. Mientras hay otros artistas, con pistolas, emulando violaciones, emulando que las chicas que tiene en su piscina son prostitutas, y para los niños. Y nadie dice nada, porque como dan dinero… Está habiendo mucha más censura incluso que la que había antiguamente, porque aquella era dirigida por un grupo de personas, pero es que la de hoy es una censura que se ha ramificado y que nos afecta a todos, hasta nosotros mismos nos autocensuramos».
Cidade do amor [un ritmo muy marcado, acompaña a unas voces con vocación coral, ambos de ligera influencia africana, entre las que destaca su voz por momentos aflamencada]
«Curiosamente el título lo pusimos en portugués. Habla de lo que estábamos hablando. Dice que: “Volar no es una cosa fácil. Primero te enseñan a hacerlo mal, y luego te culpan de no querer aprender” ―se ríe―. Y entonces yo puse que prefiero aprender de las mariposas, porque ellas vuelan en todas direcciones para ir derecho. Las llaman locas, pero ellas saben a dónde van. Sigamos aprendiendo de nuestra propia naturalidad, es que hablan mucho, dicen mucho. Mira, yo llevo ya tres giras mundiales. En los informativos hablan del mundo de una manera; luego tú vas al mundo y te das cuenta que es mentira. Lo único que yo he visto es gente trabajando hasta morir. Nadie piensa en nadie, nadie odia a nadie. ¡Es todo mentira! Que todo lo que nos cuentan de nosotros es mentira, que todo lo que contemos nosotros será verdad. Hay una canción que no entró en el disco, porque tenía una letra un poco peligrosa ―se ríe―: “Juro cumplir con la familia, con la ley y con mi nombre; solo fumo marihuana para olvidar que nadie muerde mi boca. Venga y ¡Abráceme Señor Presidente! Que a cada paso de este duro camino he puesto alma vida y corazón, y aunque esconda algunas cosas, me merezco su cariño. ¡Abráceme Señor Presidente! Soy una víctima culpable del sistema que me corrompe y siento que los ministros no hacen el amor con personas como yo ―se ríe―. Soy víctima de la libertad, dame tu amor”. Es una canción muy bonita, no entró en el disco porque la letra… Pero, por supuesto, la canto en directo».
Yo iré [entre reggae y samba, un ritmo sobre el que empieza casi hablando, y acaba casi improvisando en diferentes estilos]
«Es muy bonita esta letra. Habla del compromiso de cada uno con uno mismo. Esa fuerza tiene que estar cada día, nadie puede hacernos dudar. Dice la letra: “Para la inocencia, hace falta mucho valor; para la paz, hace falta valor; para el perdón hace falta razón; para el amor, hace falta sabor, sabor de amor para todo el mundo, para los dos”. ¡Poesía, poesía! Yo es que soy de España ―se ríe― y aquí la poesía es muy importante».
The key (Misery) [sobre una trama instrumental variable, las melodías van variando así como los estilos]
«Es una improvisación. Pusimos el micro en marcha y dijimos: “¡Valor y al toro! ¿Quién empieza?”. Y empezó uno y fuimos siguiendo. Son poemas improvisados que me salen así… Y en éste en particular hablo… ¿Tú sabes esas noches en las que uno pelea, discute para nada, pero que es tontería todo? Porque al día siguiente te despiertas al lado de la misma persona. Y aquí le dice: “Da igual lo que me oigas decir, voy a decir muchas barbaridades, te voy a llamar hasta hijo de puta, voy a decir que no te quiero, ¡pero no te creas nada! ―se ríe―. No te lo creas porque luego el tiempo no borra ni recuerdos ni palabras, y nos quedamos con esos odios. Simplemente, no me dejes marchar”. En directo van más cosas ―ríe―, porque cuando estas con los demonios encima hasta le cantas a la Virgen de la Macarena…»
Sister [con el único acompañamiento de una guitarra acústica, en la tradición del folk norteamericano, con toques gospelianos]
«Muy importante esta canción. Habla de estas personas que siempre están al rescate. Podría decirte que esta canción se la he compuesto a los que hacen rescate marino; a los que van en las ambulancias UVI; a los maestros de escuela, que son los rescatadores de esta sociedad―se ríe―; a tantas personas. Esta canción está compuesta para personas que, por las razones que sean, han escogido vivir por los demás. Mi mamá me enseñó de pequeña que no tienes que hacer nada por nadie que no está dispuesto a hacer nada por los demás, porque ya tienen la ayuda de sí mismo, que es mucha ―ríe―. Pero los que arriesgan su vida por personas que nunca van a ver más y que no influyen en su vivir, me parece un acto estoico y de valor, y de amor humano, de humanidad muy grande. Y ni siquiera un sueldo lo justifica, porque encima tienen unos sueldos que son de pena…»
Las músicas
Y tras explicarnos el porqué de cada uno de los temas, le preguntábamos sobre el contenido musical del trabajo: «Hice un disco multiforme y con capacidad mutante, porque es así como soy yo. Y lo digo porque como nosotros hemos querido respetar la suciedad y la originalidad del sonido. Yo no he censurado que mi hijo estuviera gritando, no he censurado que mi madre me llamara por skype… Todo está ahí, todo está metido dentro. Porque nosotros tenemos que seguir acostumbrándonos y tenemos que pensar que el ruido es nuestra invención es nuestro hijo. Antes eran sonidos naturales, ahora son ruidos. Hagámoslos parte de nuestras vidas, porque siempre están. ¿Para qué intentar la hipocresía de aislar una melodía o una música del ruido? Eso no es real. Es como el blanco, no es real. Existe la ilusión del silencio y la ilusión del blanco. No quiero utilizar más filtros. ¡Si estoy celosa, estoy celosa! Me quiero ir de aquí, sabiendo que las personas que me han vivido, me han conocido»
Su nuevo libro
Y a propósito de esto, nos hablaba de su libro recién publicado, A los que amaron a mujeres difíciles y acabaron por soltarse…, que ya preparaba hace unos años: «Es otra cuestión, porque al publicar los libros me decían: “Es que sales desnuda”, y yo decía: “No, no me he desnudado, no me he vestido”. Son dos conceptos totalmente distintos, muy distintos. Hay cosas que no hace falta vestirlas, que por si mismas ya hablan. Y cuando yo me vaya de aquí, quiero que recuerden como yo era, no que recuerden un traje. Que recuerden el ser humano que yo fui, hasta el último detalle: “Hasta el último pel de cony, com aquel que diu”. Que lo recuerden todo, todo, todo. Hablo así porque en esta tierra puedo».
Finalmente le recordábamos una frase que nos dijo hace unos años: “Cuando tenga 50 años seré una joven promesa del jazz”, y dijo, riendo, «Lo soy ahora, unos años antes… ― y soltó una frase lapidaria, que pronunció acercándose al micrófono―. Los jazzistas no hemos llegado a conquistar lo que hicieron nuestros abuelos. Literal». Toda una declaración de principios.
De muchas cosas más hablamos ese día, durante más de una hora. De su vida, de sus historias, de sus viajes…, pero, como dijo aquél: Hoy he venido aquí a hablar de su disco… +Info | Relacionados | Federico Francesch | DESAFINADO RADIO
[El próximo día 7 de noviembre Buika actuará en el Palau de la Musica de Barcelona dentro del Voll Damm Festival de Jazz de Barcelona]